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Capítulo 05.

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Cómo si estuvieran a punto de librar un duelo, a paso lento se acercaron a donde los hermanos Kirigaya desmontaron. Los lacayos corrieron a encargarse de los caballos. 

No deseaba admitir que el ambiente se tornó tenso, la penetrante mirada del duque, a quien por fin conocía, le hacía sentirse intimidada. Akihiko Kirigaya se parecía demasiado a Kazuto, era un poco más alto y más delgado, pero la esencia de parentesco resplandecía, las pupilas irradiaban una actitud feroz totalmente diferente a la de sus hermanos. 

La calidez del fuerte agarre en su mano evitó que se echara para atrás por tan fuerte presencia. 

—Todo estará bien —Kazuto le susurró cuando los hombres caminaron hacia ellos. 

Ella asintió y afianzó el agarre, sentirlo le daba fuerza. 

El silencio se apoderó del lugar cuándo se detuvieron. Lord Eugeo la miró primero a ella y luego a su pequeño hermano, no dijo nada, al parecer quien tomaría la palabra era el duque. 

—Lo que has hecho ha roto los límites Kazuto —su voz salió grave. Y se estaba conteniendo. 

Pero el joven lord no pareció tomar en serio el regaño. Mantuvo el temple sereno. 

—¿No deberías estar en unas de tus reuniones de política? —dijo en cambio. 

—¿Cómo podría concentrarme? Si te vi un día y al otro la tierra te tragó, ¿en que estabas pensando? 

—Quería ver a Asuna —levantó los hombros restándole importancia. 

El duque se llevó una mano a la cabeza, durante ese intercambio de palabras estuvo enfocándose en su hermano, asegurándose que se encontrara bien, no pudo obviar la forma en que la pareja se tomaba de la mano, por lo que su atención viajó a la dama. 

—Luego reprenderé tus actos —bajó la mano. —Pero en cuanto a lady Yuuki, por lo que Kouchirou contaba, creí que se trataba de una señorita respetable, luego de romper su compromiso y escapar de esa manera con un hombre ¿no sé avergüenza de arruinar su reputación? 

—Yo, no fue mi intención... —fue interrumpida por Kazuto.  

Aunque no la miraba directamente a ella, sus pupilas parecían tenerla como única fuente de atención. 

—Fui yo quien la arrastró hasta aquí. No he dañado su reputación. 

Akihiko arqueó las cejas, de esa forma exigía una explicación. Eugeo se mantenía en silencio, tratando de ser paciente y escuchar lo que el menor tenía que decir. Siempre trato de complacerlo, pero ahora en esa situación no podía hacer mucho por ayudarle a menguar el carácter del mayor. 

—Asuna —se dirigió a ella con dulzura. —Él es mi hermano, el duque Akihiko. 

—Es un placer su gracia —logró decir, a pesar que sentía sus nervios de punta. 

El duque no contestó, se quedó firme, cual estatua rodeada de oscuridad. La fría noche le daba un toque más imponente. 

—Hermano ella es... 

—¡Sé quién es Kazuto! —Dijo con exasperación. —Evitemos esto y explica, ¿por qué nos has puesto un pie en el abismo? 

El menor le ignoró y siguió con la improvisada presentación. 

Hasta estar dentro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora