En cierto modo, era lindo saber que hay dioses griegos allí afuera, porque tienes alguien para culpar cuando las cosas salgan mal. Por ejemplo, cuando te alejas de un autobús que recién ha sido atacado por una monstruosa vieja y explotado por un rayo, y está lloviendo encima de todo lo demás, la mayoría de la gente podría pensar que es solo realmente mala suerte; cuando eres un mestizo, tienes por entendido que alguna fuerza divina realmente intenta arruinar todo tu día.
Ahí estábamos, Annabeth, Grover, Percy y yo, pasando en medio de el bosque a lo largo de la rivera de New Jersey, el resplandor de la ciudad de New York poniendo amarillo el cielo de noche detrás de nosotros, y el olor apestado Hudson en nuestras narices.
—Tres Benévolas. Los tres de una vez.
La explosión de las ventanas del autobús todavía sonaba en mis oídos. Pero Annabeth y yo nos mantuvimos arrastrando a los chicos.
—¡Vamos adelante! Mientras más lejos lleguemos, mejor —dijo la rubia.
—Todo nuestro dinero estaba allí —dijo Percy—. Nuestra comida y nuestras ropas. Todo.
—Bueno puede que si no hubieras decidido saltar en la pelea... —dije dejando la frase en el aire.
—¿Qué querías que yo hiciera?¿Dejar que las mataran? —preguntó el ojiverde.
—No necesitabas protegernos, Percy. Nosotras habríamos estado bien —le dijo Annabeth.
—Rebanadas como pan emparedado —agregó Grover—, pero bien.
Lo fulminé con la mirada.
—Cállate, niño cabra —le dijo Annabeth.
—Latas de estaño... una bolsa perfectamente buena de latas de estaño —dijo tristemente Grover.
Caminamos haciendo ruido a lo largo de tierra blanda, a través de desagradables árboles torcidos que olían a agria lavandería.
A los minutos Annabeth se separó de mi con una mirada significativa y se puso junto a Percy, seguramente para agradecerle y hablar un poco con él, yo en cambio seguí caminando hacia adelante.
Grover había descubierto que su flauta de caña todavía seguía funcionando por lo que se puso a buscar en sus notas sobre "rutas de descubrimiento", pero Percy en vez de encontrar una ruta se dio de lleno con un árbol logrando que soltara una risa.
Después de caminar aproximadamente por un kilómetro más entre la oscuridad, tropezando y maldiciendo pude ver luces adelante, los colores de una señal de neón. Se podía oler comida. Frita, grasienta y para nada sana pera la salud. Estaba acostumbrada a comer cosas saludables en el campamento, y me encantaba, principalmente las riquísimas manzanas verdes, esas eran mi perdición.
Nos mantuvimos caminando hasta que vi una ruta desierta de dos vías a través de los árboles. En el otro lado había una gasolinera cerrada, un cartel publicitario destrozado para una película de 1990, y un negocio abierto, el cuál era la fuente del tubo neón y el olor a la comida.
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⇝Stella Woods y los Dioses del Olimpo
Fantasy⇝Stella Woods es una Mestiza, una semidiosa, lo que significa que su madre o padre es un Dios Griego, porque sí, los dioses que se cuentan en la mitología griega están vivos, son reales y acostumbran tener hijos con mortales a los cuales se les deno...