11 † OSCURE PAURE

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Desde aquel lugar se podía apreciar todo Palermo, el contraste de la tierra y el mar, la ola de calor asfixiante enviada por el sol se mezclaba con la brisa pegajosa del mar. La catedral cristiana se erguía orgullosa, ignorante de todo lo que en ella había acontecido. ¿Por qué irónicamente lo más sagrado termina siendo lo más corrompido por la sociedad?

El sol inició a ponerse y el viento desapareció. La inmensa torre principal de la catedral de Palermo dio paso a la noche y se despidió del día. Conforme el atardecer acaparaba el cielo, doce veces fueron tocadas las campanas de la torre. El sonido ensordecedor era tan potente como para inmiscuirse en toda calle, casa y grieta de aquella ciudad. Uno, dos, tres, conté uno a uno todos los campanasos mientras mi mente viajaba lejos sin mi consentimiento.

"Gloria al Padre e al Figlio e allo Spirito Santo. Come era nei principio e ora e sempre, nei secoli dei secoli. Amén."

Los recuerdos se proyectaban de manera tan vivida en mi cabeza que me tuve que cuestionar por un segundo si en realidad no era la voz entrecortada de Eliot la que impactaba mis oídos. Las palmas de mis manos ardían y cerré los ojos como un reflejo, esperando el golpe. Siendo consciente de que en ese momento la línea entre el pasado y el presente, la realidad y la fantasía, se estaba borrando de a poco en mi mente.

Sabía que me encontraba sola, que el golpe nunca llegaría, pero aun así no pude evitar cerrar con fuerza mis ojos mientras extendía los músculos de las palmas de mis manos. Porque por más valiente que fuera, como a cada ser humano, el pasado se encargaba de atormentarme de vez en cuando. Ahora eran las cicatrices en mis rodillas quienes quemaban. Cuatro, cinco, seis.

"Ave, o Maria, piena di grazia, il Signore è con te. Tu sei benedetta fra le donne e benedetto è il frutto del tuo seno, Gesù. Santa Maria, Madre di Dio, prega per noi peccatori, adesso e nell'ora della nostra morte. Amén."

Cada año, cada mes y cada atardecer de los primeros doce años de mi vida fueron testigos de las lágrimas silenciosas. La señora Madame, como la llamábamos junto con Eliot, nos convocaba en cada puesta de sol para pedir con fanatismo por la salvación de nuestras almas. Su voz chillona no parecía cansarse nunca de echarnos en cara que éramos los responsables de todas las desgracias del mundo y por esa razón nuestras almas debían ser purificadas de todo pecado. Oh, porque si algo éramos para aquella fémina era la reencarnación del pecado en vida.

Madame extendía cuidadosamente en el suelo granos de arroz y maíz formando la figura de una cruz, justo frente a una escultura grotesca tallada en madera que representaba a Jesucristo crucificado. Cada tarde antes de que el sol iniciara a ponerse Eliot lloraba bañado en ansiedad. Y no es que yo no tuviera ganas de romper en llanto, pero no podía permitir que ambos nos quebararamos al mismo tiempo. Siete, ocho, nueve.

"Confesso a Dio onnipotente e a voi, fratelli, che ho molto peccato in pensieri, parole, opere e omissioni per mia colpa, mia colpa, mia grandissima colpa. E supplico la beata sempre vergine Maria, gli angeli, i santi, e voi fratelli, di pregare per me il Signore Dio nostro. Amén."

Debíamos rezar en voz alta durante doce minutos, doce Glorias, doce Ave Marías y aún más importante doce Confesiones. Arrodillados sobre la cruz de arroz y maíz con la cabeza baja, los ojos cerrados y las palmas de nuestras manos sobre nuestras piernas, extendidas hacia arriba.

No podíamos abrir los ojos por más miedo a la oscuridad que tuviéramos, porque debíamos conocer la oscuridad para poder meterle. No podíamos levantar las rodillas del suelo por más que sangráramos por los granos de arroz y maíz que se clavaban en nuestra piel, porque si cristo fue capaz de morir en la cruz por nuestros pecados entonces nosotros debíamos ser capaces de ofrecerle nuestra sangre en agradecimiento. No podíamos detenernos por más agobiante que fuera la situación, porque de lo contrarío nuestra alma ardería en el infierno una eternidad.

Angelical InfernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora