Angelical Inferno

09 † SANGUE IMMORTALE

Ella representa todo y al mismo tiempo nada, es una paradoja infinita. El líquido carmesí codiciado ha sido descrito como familia, vida y esperanza. Pero aquella noche no era más que el presagio del peligro y de todo aquello irrevocablemente inevitable. Porque una vez ella es derramada, no hay poder mundano que sea capaz de revertir el daño. Esa noche sangre ajena bañaba el cuerpo desnudo del hijo del Diablo, quien por más que tallara su piel bronceada para borrar toda evidencia, nunca restregaría lo suficientemente fuerte como para borrar las acciones del pasado.

Demon Vitale cobraba de a poco el aspecto de un error, su metro con noventa de estatura gritaba ahora culpabilidad. De manera llamativa a pesar de su desnudez física, su cuerpo parecía estar cubierto del todo por una manta invisible de indignación. Mientras la oscuridad detrás de sus ojos negros se veía impaciente por decir o hacer muchas cosas, sus músculos permanecían estáticos en un estado de permanente contracción. Era explícito que el hijo mayor del Diablo se encontraba estresado.

Su respiración se calmó pero su silencio prevaleció. Su cabello negro extrañamente engrasado tenía rastros de suciedad y con dificultad se mantenía en su lugar. Expuesta ante todos su piel tersa revelaba un panorama intrigante. Por un lado, a diferencia de como muchos pudieran haber esperado, la pureza de su dermis hacia difícil creer que estuviera frente a un hijo de la mafia. No había rastro alguno de heridas de guerra, tinta indiscreta o imperfección que saltara a la vista. Por otro lado, y dando un carácter irónico a toda aquella situación, sus pectorales firmes y rectos abdominales marcados resaltaban más de lo normal gracias al pigmento escarlata.

Demon Vitale podía estar desnudo, pero aun así la sangre que bañaba su cuerpo era tan densa y la impotencia que se filtraba por sus poros tan asfixiante que el erotismo de su cuerpo expuesto y vulnerable era lo menos llamativo de aquella situación. O al menos eso traté de repetir con insistencia en mi mente hasta que se convirtiera en una realidad. Sabía que tenía dos opciones, o apartaba mi mirada curiosa de la abominación que representaba el hijo mayor de Gianni o tarde o temprano tendría que lidiar con un Eliot encabronado.

Aún se podía sentir el eco de las declaraciones de inocencia de Demon en el aire cuando Gianni por fin decidió pronunciarse al respecto. Mientras las palabras se preparaban para salir de su boca inició una marcha pausada por la habitación, sus manos reposaban unidas detrás de su espalda baja jugando con los anillos de oro y esmeralda que adornaba sus nudillos. Metales preciosos que habían sido forjados bajo las brasas avivadas por el elixir rojo. Porque de alguna forma retorcida todos los aspectos relacionados con Cosa Nostra terminaban irremediablemente salpicados por ella. Il sacro e il maledetto, sangue. [la sagrada y maldita sangre].

Ángel fuera de lugar, como siempre, estaba a punto de escupir un discurso probablemente impulsivo. Lo mucho que había estudiado al chico y lo poco que lo había conocido en persona fue suficiente como para estar segura de que quería tomar las riendas de la situación. Ángel tenía muchos sentimientos encontrados con los que lidiaba bajo su máscara de frivolidad, no había sido difícil darme cuenta que admirada a su hermano con el mismo fervor que lo envidiaba.

Gianni se dio cuenta de las intenciones poco prudentes de su hijo menor, después de todo el ángel tenía la reputación de tener una boca y sobre todo una lengua explosiva. Detuvo su recorrido bruscamente y se tomó el tiempo de observar a todos los presentes, Gianni tenía una expresión tan seria que su hijo menor no se atrevió a separar sus labios sin su previo consentimiento.

Lo siguiente fue digno de un thriller de terror, el rostro del Diablo pasó de una sombría inexpresión a una sonrisa macabra. Fue la primera vez que vi a Gianni Vitale sonriendo fervorosamente dejando a la vista de todos sus colmillos blancos. El silencio se hacía cada vez más pesado en la habitación y de la boca de Gianni empezaron a brotar carcajadas grotescas.