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Kakashi

Siento un pequeño hormigueo en la parte baja de mi cuerpo. Esto es lo que menos quería, dormir con Naruto y despertar con una erección.

Abro los ojos para apartarme de él, pero lo que veo me deja atónito. Naruto se esta restregando contra mi, creí que mi ligera erección no tenía un motivo, pero ya lo he encontrado.

A pesar de que Naruto sea el discípulo de Jiraiya-sensei, nunca creí que fuera tan pervertido.

Decido hacerme el dormido para ver qué hace, la fricción que se genera entre nuestros cuerpos es débil pero placentera. Naruto tiene el mejor trasero que he visto en mi vida, el día de ayer me negué a darle ropa interior, porque quería seguir viéndolo sin ella. Yo siempre cargo ropa de más. Aunque creo que le daré unos boxers, no quiere que todo el mundo ande viendo su cuerpo.

Justo cuando creo que Naruto va a aumentar el ritmo, se detiene de manera abrupta y me obliga a separar mis manos de su cintura. Cierro los ojos esperando no ser descubierto y los abro con enfado al notar que él ha ido al baño.

Me siento en el borde de la cama pensando en lo que debo de hacer. No es un secreto para mí que me gusta Naruto, pero sé que la diferencia de edad y los rangos son factores importantes.

Antes tenía la duda de si Naruto me vería con desaprobación si le comentaba mis sentimientos, pero teniendo en cuenta lo que acaba de pasar, creo que es mutuo. No creo que él sea capaz de utilizar a alguien solo para sentir placer sexual.

Unos gemidos me sacan de mis pensamientos, al parecer Naruto se está masturbando solo en el baño, quisiera acompañarlo, pero creo que lo mejor es no forzarlo. Por lo joven que es, seguramente es bastante inexperto.

No puedo evitar acariciar mi pene por encima del bóxer al escuchar los lindos ruidos que emite Naruto, las paredes en esta cabaña son muy delgadas.

Los gemidos se detienen, es obvio que se está conteniendo. Busco una excusa para entrar al baño y la encuentro de inmediato: le llevaré ropa interior.

Me levanto rápidamente con dirección al baño y me sorprende encontrar la puerta sin seguro. Este chico es muy descuidado, me pone las cosas demasiado fáciles.

—Naruto, dijiste que no tenías ropa interior, así que te traje un bóxer —digo entrando al baño y dejando caer el boxer en cuanto lo observo.

La cara de Naruto está roja por la vergüenza, estába mordiéndose su camisa pero en cuanto me vio la soltó; es una lástima, tiene bonitos pezones.

La vista que tengo delante es magnífica y puedo sentir como mi pene pide atención. Sé que debo controlarme, la cara de Naruto refleja miedo. ¿Que debería hacer?

—Veo que estás ocupado —es lo único que atino a decir.

—Sensei, podría irse...

Sonrió por debajo de mi máscara, realmente me emociona la idea de tocarlo. Será difícil convencerlo, pero nada pierdo con intentarlo.

—¿Seguro? Creo que necesitas ayuda si quieres acabar rápido.

—¿Ayuda?

—Si, ayuda —digo acercándome a él y posicionando una de mis manos en la base de su pene.

—Sensei, no es necesaria. Puede irse, le prometo que saldré en un minuto.

La cara de Naruto está roja de la vergüenza. No lo forzare a nada, pero estoy seguro de que si me le insinuó un poco más, él terminará cediendo.

—Deja que te ayude, debemos de llegar a la aldea de la arena rápido —mi mano comienza a moverse de arriba a abajo provocando que Naruto comience a gemir —. Lo mejor es que me dejes solucionar los problemas de mis alumnos.

Seras MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora