cap 17. Preguntas sin respuesta.

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Tzuyu: Yo... no lo puedo creer... Pensé que esa foto ya no existía. —Había terminado de relatarle la historia a Tzuyu, la razón de mi comportamiento.

—No sabía qué hacer, qué decirte... Tzuyu esto está mal. Tienes que terminar con ese hombre y denunciarlo. —Tenía una clara expresión de enfado, aún no podía creer que había hecho eso.

Tzuyu: No. Esa foto Kim la tenía desde el año pasado, me chantajeó con ella... y hace unas semanas terminé con todo eso. ¡Pero no lo puedo denunciar!... él no me obligó a nada.

—¡No me interesa! Eres menor de edad. Ahora mismo vamos a hablar con el director. —Me levanté de la cama con dirección a la puerta, pero Tzuyu me tomó del brazo.

Tzuyu: Lynn, te lo ruego, por favor, promete que no dirás nada... —sus ojos me miraban con desconsuelo y desesperación, ¿Que se supone que haga? No puedo hacer nada si ella no me apoya, sólo sería una calumnia sin pruebas ni testigos... a excepción de Kim y su foto.

—Bien Tzuyu, lo prometo... no haré nada. —Ella se acercó a mí y me dio un fuerte abrazo—. Perdóname por mi comportamiento, fue muy inmaduro...

Tzuyu: No te preocupes, yo en tu lugar no sé qué habría hecho. —Nos separamos del abrazo y me sonrió, ahora me siento culpable por el plan que está concretando mi cabeza...

Al día siguiente...

Desperté con ganas de seguir durmiendo, bueno, como siempre. Anoche hice una pijamada con Tzuyu para pasar el rato y contar cosas que nos habían pasado, vimos doramas, lloramos con las escenas románticas, comimos a montones y nos dormimos a las cuatro de la madrugada.

Me senté lentamente en la cama y mire el reloj de mi celular 12:37pm o eso era lo que decía la pequeña pantalla ¡Era muy tarde! Ya nos perdimos el desayuno y estábamos cercanas a perder el almuerzo también.

—¡Tzuyu, despierta! —Moví el gran bulto que se encontraba a mi lado oculto por una manta.

Tzuyu: No moleste señora. —Me dio la espalda y se acomodó mejor en su almohada.

—Llegaremos tarde al almuerzo, ¿Que acaso no quieres almorzar?

Tzuyu: No, no quiero, puedo hacerlo mañana.

—Bien, pues yo si quiero, luego nos vemos.

Me paré de la cama y salí de la habitación, tenía un suéter que me llegaba a los muslos con un short del pijama el cual no se lograba ver. Miré hacia ambos lados vigilando que nadie viniera ¡No quería que me vieran en estas fachas!

Cuando al fin llegué a la habitación gire la perilla y abrí la puerta, claramente la había dejado sin llave. Entré en el cuarto y lo primero que veo es a Jin y los dos idiotas de sus amigos conversando.

—Nup, adiós. —Si algo he aprendido hasta ahora, es que esos tres en un cuarto conmigo dentro, es la receta perfecta del desastre. Me di media vuelta con la intención de largarme, pero Mark me empujó hacia adentro—. ¡Oye!

Mark: Lo siento, Lynn... —Me miró de pies a cabeza— Y buenos días también.

Suho: ¿Te acabas de levantar?

—No, sólo es un disfraz para infiltrarme en vagabundos anónimos —comparé con claro sarcasmo, parecía que acababa de salir de un manicomio.

Duele Amarte | Kim Seok Jin © [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora