A las cinco en punto de la mañana, Alois se encontraba frente a la entra de aquel detestable lugar, rodeando suavemente su cuerpo con ambos brazos en un vano intento por protegerse del intenso frío, pero a pesar de todo en sus labios se dibujaba una muy diminuta sonrisa, apenas perceptible para cualquiera que lo viera, sin embargo ahí estaba adornando su lindo rostro.Curiosamente la compañía de aquel hombre le había agradado e internamente deseaba creer en sus palabras y poder volver a verlo muy pronto, era estúpido, lo sabía muy bien pero en Claude veía algo diferente, no era el clásico cerdo rico que rondaba esos lugares por sexo. No, claro que no, era como si pudiera confiar en aquel hombre de enigmática mirada ámbar.
Tranquilamente camino durante media hora por las desiertas y frías calles de Londres para llegar a su hogar, situado en uno de los barrios más pobres, metiendo constantemente su mano en el interior del bolsillo de aquel delgado suéter, donde guardaba varios billetes que Claude le obligo a aceptar. En un principio se rehusó completamente a tomar ese dinero, que por alguna razón le hacía sentirse ofendido, pero ahora lo agradecía infinitamente ya que podría comprarle algo rico de desayunar a su amado Luka.
Soltando un suspiro de alivio se adentro a casa, frotando sus manitas para poder entrar en calor, y como parte de la rutina se dirigió directamente al baño, dándose una ducha rápida. Colocándose ropa cómoda en cuanto salió, antes de acostarse suavemente al lado de un afiebrado Luka que respiraba con un poco de dificultad.
Suavemente retiró la compresa de su frente, volviéndola a mojar en agua fría antes de colocarla nuevamente sobre su hermanito, que un poco incomodo se removió suavemente en la cama, mirando al mayor con sus ojitos somnolientos.
—Jimmy… bienvenido…
—Ya estoy en casa —susurró con la voz entrecortada, comenzando a deslizar su nariz por la mejilla del menor, antes de juntar su frente con la del castaño que le dedicaba una débil sonrisa—. Perdón por despertarte.
—Me gusta que lo hagas —trabajosamente se giro un poco, quedando de frente con el rostro de un preocupado Alois que no despegaba su vista de él, por lo que le sonrió en un gesto tranquilizador, posando su manita en la mejilla de Alois, siendo cubierta por la mano de él—. ¿Cómo te fue?
Su cuerpo se tenso por una fracción de segundos ante esa pregunta. Desde que quedaron completamente solos contra un mundo que parecía querer devorarlos vivos, Alois se había prometido nunca mentirle a aquel ser que era como un ángel ante su inmunda presencia.
Por el simple hecho de que su cuerpo estaba manchado y su alma corrompida, incluso llego a pensar que no era merecedor de tener a alguien como Luka a su lado, al lado de alguien contaminado por una vida de depravación. Él estaba sucio, aun así agradecía el estar con su hermanito día tras día, lamentablemente esa promesa que se hizo de no mentirle fue la primera que rompió.
Nunca se perdonaría que Luka descubriera la terrible manera en que consigue dinero, era denigrante y bastante vergonzoso, ¿qué pensaría si supiera que día con día se desnuda frente a las morbosas miradas de hombres que pagan por verlo bailar? Se escandalizo aun más con la idea de que supiera que se acuesta con aquellos hombres que pueden pagar una enorme cantidad por un poco de sexo. Seguramente lo odiaría y muy probablemente le repudiaría por aquel asqueroso estilo de vida…
Él no, todos menos él. Alois era egoísta y si para mantener a su hermano a su lado era necesario mentirle gustoso lo haría, por lo tanto el pequeño castaño solo sabía que su hermano trabajaba en un bar, limpiando mesas, y algunas veces preparaba bebidas tras la barra… algo más decente.
—Muy bien —esbozó la sonrisa más natural que pudo, comenzando a revolver cariñosamente aquellos rebeldes y desordenados cabellos—. Sí al rato te encuentras mejor podemos ir a comer lo que quieras.
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Mirada Ámbar
FanfictionFue luz en su oscuridad, un caos perfecto que le hizo creer que era todo lo que necesitaba, hasta que vio el sol en medio de la tormenta. Solo hacía falta una mirada ámbar para darse cuenta de todo. Claude x Alois Mención: Sebastián x...