5. ¡Mis ojos están arriba!

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Continué mi camino por el pasillo, cruzándome con un grandísimo y corpulento señor. Podía decir que casi lo confundo con el decorado de la pared. Poseía un gran uniforme marrón que realmente parecía que iba a romperse por culpa de la gran presión que ejercía su cuerpo. Sinceramente, me costó entender cómo sus botones no se rompían y resistían tanto. 

 

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...

Uf... Es tan grande que da hasta miedo. 

Eh... ¿Puedo preguntarte algo?

?!? - ¿Eh? 

El chico de largos cabellos verdes abrió sus ojos de par en par, acompañándolo de un leve movimiento con su boca. Llevaba una especie de pequeña caja de plástico a un costado. 

?!? - ¡Gracias!

... Gracias... ¿Por qué?

?!? - Ah, lo siento si Luis te ha asustado. Nadie se suele acercar a Luis porque dicen que da miedo. 

?!? - Así que Luis se lo agradece como un caballero. ¡Gracias por hablar!

¿Quién es Luis? ¿Te llamas así? Gracias por ser tan amable...

?!? - ¡Luis es Luis!

Ugh... Supongo que suele hablar así. Daré por hecho que ese es su nombre. Pensaba que daría miedo por su aspecto, pero no parece ser el caso. 

Le regalé una sonrisa, alzando un poco mi vista. Ese chico era increíblemente alto, podría tener tres veces mi altura tranquilamente. 

Luis - ¡Ah, tengo que presentarme! Eh... Luis se llama Luis Gaviria, y es el Entomólogo Definitivo. Luis quiere convertirse en un caballero, uno de verdad. 

Así que eres Luis... Es un nombre bonito. 

Luis - ¿D-De verdad? Luis lo agradece...

Suspiré profundamente, llevando ambas manos a mi cintura, soltando una ligera y confiada risa. 

Ah... Pues sí que eres buena persona, me he asustado para nada. 

Luis - Oh... Así que es cierto que Luis da miedo...

El chico se llevó una mano a la nuca, aparentemente desanimado. En cierta manera, sentía compasión por él. Parecía no estar muy seguro de sí mismo. 

Lo siento, no quería decir eso...

Luis - No pasa nada, Luis ya está acostumbrado a que lo tratasen así desde niño...

¿Ya eras así desde niño? 

Luis - Sí, porque Luis era bastante grande y los demás se asustaban... Entonces, empezó a jugar sólo, y desde entonces, le gustan los insectos. Aunque a veces se obsesiona tanto que se olvida de los demás... Hubo un día en el que se fue al bosque buscando un insecto y se perdió...

La esperanza a menudo, llega en desesperación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora