UN SIMPLE VIAJE.

Capítulo XI: El viaje inicia: Destino, Planeta Hondun.

<Narrara Trunks>

Al final de cuentas, mi padre tenía pensado llevarme con él desde el principio; este viaje es más, que simplemente "el cumplir su promesa".
     ¿Como lo se?.
Facil... al entrar a la que sería mi habitación en la nave, encontré un traje similar al de mi padre; pero no era uno de entrenamiento, este traje incluye una capa roja y tiene grabado un emblema, el emblema real saiyajin.

Además dijo que antiguamente en su planeta, antes que los mocoso alcanzaran el Sigma saiyajin; realizaban un viaje por diferentes planetas, con alguno de sus dos progenitores y que servía para evaluar el nivel de su dependencia, despues de todo no querían ser avergonzados por culpa de sus debiles cachorros.

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El viaje será rapido, gracias a la utilización y combinación de las tecnologías de los saiyajines y los guardianes galácticos; nos tomara casi una semana llegar a nuestro primer destino, el planeta Hondun. Hubicado en el sudoeste del cuadrante 33.
Viajamos en una nave que consta de 3 niveles; en el nivel superior se encuentran los controles, la cocina/comedor y una pequeña sala de entretenimiento. En el nivel medio estan los dormitorios, el baño y las capsulas de escape; por ultimo, en el nivel inferior se ubica la imprescindible camara de gravedad.

Nuestra rutina desde que despejamos, es la misma dia a dia; nos levantamos a las 4 am, desayunamos, almorzamos y entrenamos hasta que son las 15 pm, despues cada uno hace lo que quiere. Que por lo general es seguir entrenando.
Lo se, suena algo aburrido y de echo lo es, pero que otra cosa se puede hacer en una nave?!.
De verdad doy gracias por la sala de entretenimiento que mamá instaló, de lo contrarío no quiero imaginar que sería de mí.

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*Día 3 de viaje.*

-Pero papá, es para el otro lado!!... PARA EL OTRO LADO!!!

-(presionando varios botones a la vez.): Tsk, esta chatarra no sirve!!, se giro solo!

-(mostrándole como tenía que hacer.): Asi papá, así... ves?

-(viendo un botón salir volando): Lo estoy intentando, pero no funciona!

-(celebrando.): SI, TE GANE!!... otra vez.

-(rompiendo el mando de la consola de juego.): Eso es trampa, el mio no funcionaba.

-(tratando de no reír.): Pero si vos elegiste ser el mando numero 1 y con la palanquita tenes que manejar al coche, con la palanquita.

-(quitándole el mando de las manos.): Ahora yo usaré este!

-(suspirando y remplazando el mando roto, por uno nuevo.): Menos mal que mamá preparó una capsula llena.

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<Narra Vegeta>

Conforme pasamos los días la rutina se hacia más aburrida, según mi hijo; no se lo que él esperaba, despues de todo estamos en una NAVE. Que porcierto es 158 veces más grande que esa bola de gángster en la que solia viajar, cuando era mercenario.

Esta es la primera vez que tiene tan "poco" espacio en el que moverse y quizás haya sido para no tener que seguir escuchando su molesto lloriqueo, no lo se.
Pero aun no logró entender que diablos tenia en mente, cuando acepte la propuesta que me hizo Trunks; la cual consistia en que si él lograba darme 15 golpes, tendriamos que jugar con el pedazo de chatarra, hasta que yo le gane. Es por eso que ahora, casi un dia despues e innumerables mandos rotos; por fin puede salir victorioso ante mi endemoniado mocoso.

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-(bostezando y en un tono burlón.): Lograste vencerme papá, por un momento creí que nos quedaríamos sin mandos de repuesto.

-(gruñendole.) Tsk!. Vete a dormir Trunks, aterrizaremos en unas horas.

-(con una sonrrisa malévola y sin darle tiempo a responder.): Sabes Papá eso de la palabra de un saiyajin, realmente puede ser muy util a veces... Voy a dormir, buenas noches papá.

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El muy insolente se las ingenió para, utilizar mis palabras en mi propia contra y sin dudas eso es algo que heredó de su madre. Supongo que despues de todo, el vernos pelear tantas veces le enseñó algo... y por alguna razon no puedo decidir si debo, felicitarlo o hacer que pague por pasarse de listo; al final de cuentas, fui yo quien le dijo que la palabra era lo más importante que tiene un saiyajin.

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-(viendo la montaña de mandos rotos y con una sonrrisa de lado.): Y si que el mocoso lo entendió.