61. Machista

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Llegamos a la casa de __________ y nos bajamos. Entramos a su departamento y soltando un suspiro me tiré en el sillón y prendí la TV. Ella caminó hasta la cocina y escuché cómo abría la heladera.

— _________ — llamé.

— ¿Sí? — preguntó ella.

— Ven aquí, amor — dije.

— Ya voy — dijo y dos segundos después ella se acomodó a mi lado.

Apoyó su cabeza en mi pecho. Estaban dando una película en la TV, pero no le estaba prestando atención.

— Mi amor — la volví a llamar.

— ¿Qué, cariño? — dijo sin levantar la cabeza de mi pecho.

— ¿Crees que sea buena idea contarle a los chicos de esto... que pasó? — le pregunté.

Ella levantó la cabeza y apoyó su mentón en donde estaba antes su cabeza, para poder mirarme más cómodamente.

— Yo creo que no es necesario ¿Y tú? — me dijo.

— Yo también creo eso. Digamos que será nuestro secretito.

Ella asintió y se volvió a apoyar. La película comenzó a ponerse interesante.

Coloqué uno de mis brazos detrás de mi cabeza mientras que mi otra mano acariciaba y jugaba con el cabello de _________.

Ella acariciaba mi pecho con su uña y aquella sensación era de pura paz. Luego de varios minutos sentí que la respiración de mi novia se volvía más pausada y lenta. Se había quedado dormida. La acomodé mejor para poder mirarla a la cara. Su rostro curvaba una leve sonrisa. Se veía tan hermosa.

Mi celular comenzó a sonar me sobresalté y lo busqué rápidamente en mi bolsillo. Gracias a Dios no despertó a ________.

— ¿Hola? — dije al atender.

— ¿Cómo estas hijo? — me preguntó.

— ¿Qué quieres? — le dije sin rodeos.

— Tranquilo, no llamo para molestarte —dijo con un tono divertido — Solo quería decirte que necesito que mañana vengas a la fiesta que organiza la comisión de los negocios de Bynes Inc.

— ¿Para qué me necesitas? Yo ya te dije que no quiero tener nada que ver con nada de eso. Simplemente no — le dije.

— Hay firmas tuyas en alguno de los contratos... solo necesito que hagas acto de presencia. Puedes traer a ________ — me dijo.

Arqueé una ceja y miré a _______ que seguía dormida sobre mí.

— ¿En serio? — le pregunté algo sorprendido.

— Si, ¿Por qué no?

— Bueno, voy a pensarlo y te llamo luego.

— Necesito que me lo confirmes ahora, por favor.

— Bueno, está bien. Ahí estaremos — dije y colgué.

Volví a mirar a ________. Su rostro aún tenía esa sonrisa de paz. Acaricié su mejilla y besé su frente. Me acomodé mejor en el sillón y cerré mis ojos para dormir un poco también.

***

Ella salió del baño y a mí casi se me sale el corazón del pecho.

¿Cómo es posible que alguien pueda hacerte sentir cosas tan mágicas?

Todavía me reprocho el haber sido tan idiota y no haber admitido lo que me pasaba con _______ después de aquella noche. Pero mejor tarde que nunca ¿no lo creen?

Peligrosa Obsesión {F. W. y tú} // TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora