E p í l o g o

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Abrí un ojo al escuchar un ruido proveniente de afuera de la habitación. Frunciendo el ceño abrí el otro y me quedé quieto en medio de la gran cama. Giré mi cabeza para mirar al costado de mí y estaba vacía, ella no estaba.

— Edward Wolfhard, mi vida, ven aquí. Te dije que no corras más cerca de las escaleras... vas a caerte, mi vida. Y no quiero que eso pase. — escuché su dulce voz, esa era su manera de reprenderlo.

Ya le dije un millón de veces que así, él seguiría siendo un rebelde.

— No lo volveré a hacer, ma — dijo él. Sonreí levemente, era un pequeño demonio.

— Lucas, mi amor, ¿puedes pasarme tu camiseta? — escuché unos pequeños pasos que pasaban por delante de la puerta.

— Aquí tienes mamá — dijo él y volví a escuchar sus pasos.

— Jane, cariño, ¿ya estas lista? — preguntó ________.

— ¿Dónde está mi barbie, mami? —preguntó con voz preocupada.

— ¿Te fijaste debajo de la cama? — dijo su madre.

— ¡Aquí esta! — dijo contenta.

— Bueno, ¿ya están listos? — les preguntó.

— Casi — dijo Lucas.

— ¿Por qué se están poniendo tan lindos? — dijo _________.

— Lo que pasa es que queremos impresionar a la maestra de natación —contestó Edward.

Reí por lo bajo.

— Con que eso es — dijo ella sin poder creerlo — Ustedes dos son terribles, no puedo creerlo.

— Ya mamá, tranquila — la calmó el pasivo y a la vez seductor Lucas — Sabes perfectamente que tú eres nuestra favorita.

— Él tiene razón, ma — lo siguió mi otro pequeño galán — Tú eres la dueña de nuestros corazones. Las demás nada significan.

— Ay por Dios — dijo ella divertida — ¿De donde habrán sacado ustedes dos esa manía de comprarme?

— Tenemos un buen maestro — aseguró Lucas divertido.

— Ya lo creo — dijo ella.

— ¿Papá no irá a trabajar hoy, ma? —preguntó Eddie.

— Papi está de vacaciones... hoy comienzan — contestó ella — Vayan bajando que el desayuno está listo. Mientras yo termino de peinar a su hermana.

Ellos dos bajaron las escaleras.

— Hija, ven al baño.

— Voy.

— ¿Estás contenta de empezar el colegio? — le preguntó.

— Sí, pero tengo miedo — dijo ella.

— ¿Miedo, mi cielo? ¿De qué?

— ¿Qué pasa si me pierdo? ¿Cómo voy a volver? — dijo preocupada.

— Tus hermanos van a cuidarte, no tienes que temer de nada princesa — la calmó ______.

— No lo creo, ellos se la pasan babeando por la maestra de natación. Son unos bobos.

— Te van a cuidar, yo lo sé — dijo divertida su madre.

Sonreí con ternura, mi pequeña es tan hermosa. Tan hermosa como su madre. Jane es una copia exacta de _______, a diferencia que tiene el cabello igual al mío. Con cuatro años de edad ya es toda una mujer. Mientras que mis dos muchachitos son iguales a mí, con los gestos de su madre. Edward y Lucas son gemelos y por ende inseparables. Siete años de pura destrucción masiva... pero ¿Qué sería de mi vida sin ellos?

Peligrosa Obsesión {F. W. y tú} // TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora