Estábamos haciendo esto con bastante frecuencia ahora.
Quiero decir, salir, besarnos o simplemente disfrutar de nuestra compañía. Nunca cruzando la línea que nuestros cuerpos insistían en cruzar. No podía acercarme a Valentina sin querer besarla, sin querer llevármela a un rincón tranquilo y disfrutar de la magia que sus labios desprendían. Porque ella puede iluminar partes de mí que no sabía que existían, que estaban escondidas en las sombras, esperando a que las alcanzaran. Ella siempre ha tenido ese poder.
- ¿Donde andas? - Perdí la oportunidad de ganar tragos gratis nuevamente !!!
Cuando recibí el mensaje de Betty, el primer pensamiento que me vino a la mente fue que anoche estaba aprovechando al máximo mi tiempo. Con Valentina. Y debo admitir que tenerla cerca valía más que un dolor de cabeza por cruda al otro día y aparte, me distrajo un poco de mis problemas.
Problemas que estaba tratando de resolver.
Estaba en el depa, tendida en el sofá con mi cuaderno en mi regazo, mis audífonos puestos y mi portafolio de ropa, abierto en la pantalla. En la mesa de café había una taza grande de café, pues gracias a mis múltiples habilidades logré arreglar la máquina de Valentina (que en realidad solo estaba tapada pues se olvidó de limpiar el filtro).
Durante los últimos días, el trabajo me había estado haciendo sentir incómoda, tampoco estaba satisfecha con el progreso que había hecho en las últimas horas. Tenía que pensar en algunos vestidos, diseñar otros y renderizar todo al menos tres veces porque me daba cuenta de que estaba arruinados. Eso me estaba enojando, porque estaba en eso todo el día y no me tenía nada satisfecha.
¿Puedes alimentar a Ginger? ¡Yo olvidé! : **
Cuando mi celular vibró con otro mensaje, llamó pronto mi atención, mis ojos se pusieron en blanco automáticamente.
Haces esto a propósito. = X
Valentina lograba sacarme una sonrisa incluso estando fuera, a pesar de que era un manojo de nervios e incluso me pedía que alimentara a ese gato monstruoso que se había pasado el día tratando de destruir la planta que estaba sobre la mesa de café y cuando se cansaba, simplemente se acostaba y dormía en las siguientes horas.
Después de volver a llenar el plato con su alimento, volví al sofá y a la laptop, respiré hondo y miré el último dibujo. Mi cabeza descansaba en el brazo del sofá y dejé que mis sentidos trabajaran un poco más que mi cabeza. Estaba escuchando una canción agradable y tranquila con mis audífonos puestos, hasta que mis ojos comenzaron a cerrarse automáticamente, estaba tan cansada que el sonido pareció llevarme a otra dimensión. Una que trajo algunos sentimientos extraños y que hizo que un escalofrío recorriera mi columna vertebral. Para ser más precisa, al cómo me sentí cuando Valentina me confesó, hace unos días, que le gustaba besarme y cómo mi estómago se llenaba de mariposas y mi corazón latía más rápido. No era como lo esperaba, en el fondo pensé que ella me odiaría, que nunca podría volver a tenerla en mi vida. Podía recordar lo suaves y gentiles que eran sus manos y me ponían la piel de gallina donde quiera que me tocaba. Era tan ardiente como cuando te da, en la piel, el sol del mediodía por mucho tiempo, era asfixiante. No pude evitar pensar que nuestras citas eran la mejor parte de mi día.
Respiré hondo de nuevo. Puse mis manos en mi rostro tratando de superar esa sensación que agonizaba mi pecho. Cuando mis manos volvieron al teclado, me di cuenta de que ya no estaba sola.
"Hey". Valentina estaba allí, su voz se escuchaba por encima del sonido de mis audífonos..
Una pequeña sonrisa apareció en su rostro e iluminó esos grandes ojos azules. Pequeña, cálida y real. Estaba tan absorta con el sonido que no me había dado cuenta de que había llegado. Mi cabeza sigue su movimiento hacia el sofá y veo el ojo del peludo animal abriendo una sonrisa para ella.
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Quisiera ser | Juliantina I Terminada I Editando
RandomJuliana Valdés está en Los Ángeles buscando su ascenso para ser una importante diseñadora de moda. Después de graduarse y, después de haber ganado tanta prominencia, solo piensa en su carrera. Por eso tuvo que dejar mucho atrás, incluido un secreto...