POV Gregory.
Esta vez el tiempo pasaba demasiado rápido. No me había dado cuenta pero este semestre fue diferente. Y me cuestioné demasiadas cosas.
Creo que al menos Santiago se había vuelto más huraño y yo más aterrado de la soledad. Nunca antes me había molestado, puesto que las relaciones que tuve terminaron con una buena despedida y al final, disfrute de esa nueva espacio.
Ahora, ahora me encontraba debatiendo que debía hacer. El semestre se acabó en un abrir y cerrar de ojos. Cuando ella rindió el último examen lo único que pude hacer fue como profesional felicitarla. Sin embargo me encontraba pensando de la misma manera como podía hacer para seguirla viendo, aunque sea pudiera ser en un ámbito que no fuera enteramente el profesional. Tenía el capricho de querer conocerla más, pero la relación alumno / profesor podía ser peligroso para ambos. ¿Qué podía hacer? ¿Qué puedo hacer?
Extraño pera ya no me debatía entre lo que estaba bien y lo que era incorrecto. Ahora estaba pensando en una forma para validar todos mis caprichos. Al parecer la solución la aportó Santiago. Luego del examen final pensó en voz alta:
-podría llegar a ser una buena ayudante de alumnos.- Si bien al parecer lo había dicho reflexionando, me parecía una salida espectacular.
Elías lo medito también un momento.- parece ser una alumna dedicada, ayuda siempre que puede, aunque por otro lado parece un poco introvertida. Habría que ver si puede dar una clase.-concluyó.
Fue cuando decidí dejar todo juicio de lado y respondí- Opino que sería un buen apoyo para los estudiantes. Le voy a proponer la idea a ver qué piensa del asunto.- Creo que una parte de mi quería dejar librada la decisión a ella. Que fuera Eris la que decidiera, si me rechazaba o no.
Tres horas más tardes habíamos terminado de examinar a los últimos 4 alumnos. Y en mi cabeza me preguntaba a dónde podría encontrar a Eris para proponerle a cerca de la ayudantía y peor aún ¿Y si no aceptaba? Entonces allí tendría que hacerme a la idea de que no le atraía, que era mejor despedirse. Tal vez lo mejor.
Cuando salí del aula, encontré a Nina, bendita mi suerte. Le pregunté si Eris aún seguía en el campus a lo que me respondió que no se encontraba muy lejos, si me apuraba la alcanzaría antes de que retornara a su departamento. Le agradecí profusamente y me apresuré a buscarla.
Justo en el pasillo cerca de la salida la vi a lo lejos. La llamé en voz fuerte y ella se volteó sorprendida. Me paré justo frente a ella, admito estaba bastante agitado, no sabía cómo empezar, que decirle. Solo comencé a hablar de una vez:
-Estuve hablando con los demás miembros de la cátedra y me gustaría... nos, nos gustaría tenerte en nuestro grupo.- terminé un abruptamente, ahora no sabía que esperar.
-Siporsupuesto! Me encantaría- respondió rápidamente. Bueno supongo que ahora la suerte estaba echada y yo me sentía nervioso pero feliz; tal vez tendría una oportunidad con ella.
-Perfecto! Te vas a tener que poner a repasar un poco la materia desde cero, para integrarte debes presentar un una monografía y exponerla en una clase para los profesores y asistentes sobre un tema que prefieras. Seguramente vas a aprobar, sé que eres muy inteligente. Por otro lado después me gustaría comentarte algo.- Le explique lo que debería hacer aunque en realidad era más una formalidad que otra cosa. Y por otro lado se me había ocurrido que luego de ese proceso podría comentarle sobre la reunión de la cátedra, en mi casa.
Ella pareció ponerse tensa un segundo, pero luego se relajó. Despidiéndose de mí.
Decir que estaba ansioso era poca cosa. Había pasado una semana entera y ya quería que aprobara el dichoso proceso, para hablar con ella. Dentro de unos minutos vería si el resto de la cátedra la aprobaba. Me encontré con Sandra a quien le había comentado por mensaje lo de la incorporación de una nueva asistente y ella había decidido estar presente y conocerla. Le agradecí puesto que será una opinión neutral, así que decidimos entrar y conversar un rato más.
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Terciopelo Verde
Cerita PendekA casi todos nos pasó de enamorarnos de un profesor. Siempre mezclamos el amor con la atracción y la idolatría. Pero... ¿De dos a la vez? ¿ Qué harías si te correspondieran? Esto es lo que ocurrió con Eris.