_ ¡Joven de 22 años con sobredosis! - informa el paramédico a los médicos de guarda quienes me reconocen al instante. Todo se transforma en caos entonces, porque Venus se convierte en su mayor prioridad en aquel momento.
La bajan de la ambulancia, con un respirador manual y una intravenosa, y las personas a mi alrededor comienzan a correr hacia la sala de urgencias. Conozco el hospital, es el de mi familia, así que conozco el camino hacia la sala donde tratan a pacientes en estado crítico por lo que sigo la camilla, ignorando las preguntas a mi alrededor.
No soy capaz de oír nada, mis ojos están puestos en la mujer en la camilla que luce más muerta que viva. Ruego porque se recupere, por haber llegado a tiempo, porque no tenga ninguna discapacidad en un futuro debido a falta de oxigenación. Pienso en todo, excepto en la posibilidad de que esté muerta.
Tomo con fuerza la barandilla de la camilla a medida en que nos acercamos, le ruego a cada bendito santo que me haga un milagro, hasta que llegamos al punto donde una línea roja divide el suelo. El indicativo de que familiares no pueden pasar.
_ Señor Mosele, lo lamento pero no puede pasar de aquí - dice, con una mano en mi pecho. Un doctor al que no conozco, quita mi mano de la barandilla y continúa con la camilla, llevándose cada vez más lejos a Venus de mí.
_ ¿Cómo que no? ¡Es mi novia, déjame! -grito. Trato con todas mis fuerzas de pasar, las lágrimas amenazan con salir pero es estúpido porque yo sé, a la perfección, que no puedo pasar, sin embargo es tan duro dejarla.
_ ¡Justamente por eso no puede! - responde, manteniéndome al borde de la línea y de la cordura.
_ ¡Déjame, quítate! - peleo con todas mis fuerzas pero es imposible, él se marcha y las puertas se cierran, dejándome con una opresión espantosa en el pecho.
No puedo dejar de mirar el camino por donde se la llevaron. No quiero hacerlo porque tengo la absurda idea de que ella saldrá caminando de allí, que va a sonreír y me dirá que todo fue una broma. Entonces recuerdo la espuma saliendo de su boca, la jeringuilla que tenía clavada en el brazo y las píldoras esparcidas a su costado.
_ ¡Mierda! - golpeo con fuerza la pared, destrozo mis nudillos, pero es tanta la impotencia que tengo, que termino por quebrarme.
No aguanto más.
Deslizo la cara por la pared, y termino en el suelo, llorando como si fuera un niño pequeño. Realmente no recuerdo la última vez que lloré de esta forma, tan desconsolado, tan fuerte y con tanto sentimiento. Pero es demasiado, amar tanto a alguien, planear un futuro a su lado y que en un despertar, haya preparado una soga para suicidarse.
No es justo, para nadie, mucho menos para ella el tener que llevar esta vida donde todos quieren protegerla pero al mismo tiempo la lastiman. Joder, tenía razón, esto jamás debió suceder.
Quisiera gritarles miles de cosas a los abuelos, pero me siento tan mal que no soy consciente de nada a mi alrededor salvo de las putas puertas dobles. Saldrán por allí a darnos noticias de ella, y ruego, imploro a quien sea que esté en el cielo, porque sean buenas noticias.
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Entre Venus y Marte (AQS #3)
Romance¡Tercer libro de la serie Amores que Sanan! #1 en Fe. 23/10/2020 Venus se está ahogando. Con palabras que no puede decir, un pasado que se niega a afrontar y un futuro que no quiere admitir. Ahogando sus penas en alcohol y drogas, Venus ha callado...