29|| Imagínate.

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¡Nota importante! El siguiente capítulo contiene escenas fuertes que pueden ser sensibles para algunas personas. Lee bajo tu propio riesgo. 


Mis manos comienzan a temblar con fiereza mientras aparto las manos de Kiran

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Mis manos comienzan a temblar con fiereza mientras aparto las manos de Kiran. Mi corazón está acelerado y lo único en que puedo pensar es en ver al hombre que dice haberme amado alguna vez. 

_ Debes tranquilizarte primero y...

_ No... no me toques... - murmuro con la respiración agitada. Toma mi rostro entre sus manos y veo como su boca se mueve. Soy consciente de su toque, de su ceño fruncido y del viento que parece similar al de una tormenta. Siento el sonido de las aves cantando, siento la tierra bajo mis pies, la tela de ropa sobre mi piel, pero mi mente simplemente está desconectada de todo.

No estoy lista.

Cierro los ojos y quiero tranquilizarme, pero termino empujando a Kiran y corriendo hacia la casa. Los recuerdos de mi madre y mi padre, sentados sobre la arena de la playa mientras yo jugaba en el agua se siente tan lejanos, tan irreal, como si todo lo hubiera visto en una película y no fuera un recuerdo.

Hago a un lado la puerta y lo primero que veo es a mi abuela ponerse de pie y sonreír. ¿Qué es lo que la hace feliz? ¿Algo en esto tiene un atisbo de felicidad? No, no lo creo.

Ella habla, mueve su boca, entonces lo veo, de pie sobre el marco de la puerta de la cocina. Y no puedo creer lo que veo. Él no es el hombre que recuerdo.

La última vez que vi a mi padre fue dos semanas antes de mudarme, era una niña, pero recuerdo a la perfección que no vestía elegante porque él solía trabajar en el granero de la abuela. Siempre llevaba puestas sus botas por el lodo y la camisa rasgada en algún lugar. Su frente siempre estaba cubierta de sudor y su cuerpo no era para nada tonificado porque recuerdo que estaba demasiado delgado cuando mamá se fue. Pero aquí está, es su rostro, sus facciones, sus ojos iguales a los míos, pero su cuerpo no le pertenece, al igual que el traje hecho a la medida y la camisa abotonada junto a una corbata horrenda.

El hombre frente a mí sonríe y yo no soy capaz de moverme cuando da dos pasos hacia mí.

_ Hija mía - dice asombrado. Abre sus brazos y trata de acercarse más cuando la mano de Kiran se lo impide. - Por dios, mira cuánto haz crecido, la última vez que te vi eras...

Una niña. Era una niña cuando lo vi por última vez, cuando todo terminó entre mamá y él y nos mudamos. Recuerdo inmediatamente que antes de subir al coche, dijo que jamás se alejaría de mi lado. Mintió.

_ Dios, es como si estuviera viendo a tu madre. Eres su vivo retrato, cariño - dice con melancolía. De repente sus ojos se llenan de lágrimas al recordarla. - Sé que pasó mucho tiempo pero no podía faltar al juicio. Estoy aquí por eso, y para verte por supuesto, pero quiero ver que esa bestia pagué por lo que nos arrebató. Estaré aquí todo el proceso, mi niña.

Entre Venus y Marte (AQS #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora