Capítulo 6

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Qui-Gon había sentido esa perturbación en la fuerza, como un golpe, eso es lo que hacía la guerra, perturbaba la paz y convertía el manto de la fuerza en un opaco muro. Por suerte para el maestro jedi no era la primera vez que debía lidiar con un sentimiento así. Podía mantener su mente centrada mientras analizaba la situación.

Todo había empezado con un ataque directo a la posición de la duquesa, un bombardeo. Bombardeos que se habían mantenido durante un tiempo irregular, completamente espontáneos. Las fuerzas de los nuevos mandalorianos habían sido empujadas hasta palacio. Decidió depositar su confianza en Ben. Tan solo debería contactar con el jedi una vez hubiese encontrado una nave con la que poder escapar del lugar. Era cuestión de tiempo que hiciesen una emboscada a los nuevos mandalorianos y perdiesen la batalla en palacio. Se encontraba en uno de los pasadizos, corriendo en busca Ben y la duquesa. El primer instinto de una persona sana sería buscar un hangar, una salida, o un refugio. Esperaba poder alcanzarlos antes de que escogiesen alguna de las alternativas. En medio del caos pudo distinguir una figura, Qui-gon encendió su sable haciendo unos katas defensivos mientras entraba al corazón de la batalla.

 El terreno era irregular a consecuencia de las explosiones que habían deformado el terreno como si fuera papel, rompiéndolo y arrugándolo de forma obstinada. Los soldados corrían de un lado a otro, tan solo se distinguían los colores de los blasters a los alrededores y algún que otro combate brutal cuerpo a cuerpo. Continuó bloqueando los blasters buscando algún rastro de la duquesa y su escolta. A su mismo tiempo concentro sus pensamientos, se abrió a la fuerza esperando encontrar la presencia de su compañero, alguna señal de que estaban bien. Fue recibido por una fría bienvenida directa, completamente vacío. Era algo bastante enturbiador que la fuerza estuviese cerrada de esa forma y Qui-Gon no era lo suficiente fuerte como para detectar todas las presencias de su alrededor, no podría rastrearlos. La muerte y oscuridad de los actos era tan extrema que no necesitaba una gran conexión para notar como la fuerza se compadecía de estas acciones. Se encontraba en una conexión vacía, un camino sin terminar. Él preguntaba pero no había respuesta, la fuerza se había cerrado a él. Un jedi sin su mayor aliado en medio de una guerra, no podía pensar en una situación peor para él.

 Normalmente dejaría que la fuerza lo envolviese y entrar en un trance para poder protegerse mientras se reagrupaban, pero en este estatus, debería aprovechar toda su experiencia para poder salir de esta. El peligro no era exactamente lo que le preocupaba más, sino por la rara forma que la fuerza trataba esta misión, no era una perturbación. Era como si estuviese deformada delante de unas personas o algo. En el fragor de la batalla no era momento de ponerse a meditar. Dos rayos de blaster impactaron contra la espada láser de Qui-Gon. Con ambas manos asegurando el arma, Qui-Gon movió su muñeca de un lado a otro mecánicamente rebotándolos contra el suelo. 

- ¡Jedi! - Una feroz voz femenina gritó desde detrás suyo. La joven mandaloriana voló hasta colocarse a su lado, disparando a los demás soldados enemigos.- Pensaba que estarías ayudando a la duquesa.

- Me temo que nos hemos separado por unos momentos.- Qui-Gon dijo devolviendo más disparos después de que lo hubiesen colocado como objetivo central de sus blásters.

- Debe haber buscado un camino hacia el hangar, busca algo con lo que podáis alejaros de este desastre o preparaos para luchar.- Ella dijo dominando completamente el campo. 

- Mi deber es poner segura a la duquesa.- Él estamento con toda la calma que se podía tener en esta situación.

- Entonces ve a buscarla. ¡Rápido! - La chica le ordenó, tenía la sensación que estaba harta de lidiar con jedis, o al menos eso parecía. 

La chica se abalanzó hacia los oponentes que se le habían presentado, Qui-Gon terminó de esquivar un par de rayos de bláster y rápidamente enfundó su espada para empezar a correr en dirección al castillo. Cruzo el pasadizo corriendo hasta el final, las naves seguían allí, varios transportes pero principalmente habían naves individuales y la nave con la que habían llegado. No obstante no había rastro de más señales de vida. Parecía que no habría problema para escapar, lo que dejaba a Qui-gon con la otra incógnita, donde estaba la duquesa. Qui-Gon volvió a revisar con una mirada atenta el perímetro, en busca de algo que le pudiese servir para encontrar a su protegida. Se embarcó en la nave buscando alguna señal de alguno de los dos, pero no hubo nada más que un gruñido. Qui-Gon se giró en dirección del gruñido encontrándose con un moreno y enfadado Tooka.

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2020 ⏰

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