Capítulo 20

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Era un completo desastre sin mencionar que también una completa estúpida, ¿como fue que esto terminó así? ¿Como se supone que asistiré a su boda sin tener el deseo de querer detener tal cosa? Sabía que al final también terminaria arruinando tal el evento, no podía simplemente ir y oponerme, ¿o si?
Debo sacar esa idea de mi cabeza, no esta bien, no lo está, ni un poco, ¿o si? ¡CLARO QUE NO!
Karen controlarte, esto es serio. Solté un largo suspiro mientras me miraba en el espejo, todo iba a estar bien, no tengo porque estar dudando tanto, solo iré me presentaré en esa boda y podré una maldita sonrisa hipócrita para al final embriagarme, lo mejor que me puede suceder es follarme a algún desconocido al menos asi mantendré mi mente ocupada en otra cosa que no sea ese atractivo parisino de ojos azules que... ¡YA basta! Es un hombre comprometido y pronto se casara.

—No estas bien de la cabeza Karen.

—Concuerdo contigo, estas asustando a todo el mundo.

Gire para ver a Yair quién sonreía, miro el espejo antes de volver su mirada en mi.

—¿Otra vez peleando contigo misma?

—Necesito aprender a controlar mis emociones.

— Concuerdo contigo.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Adelante.

—¿Como es que me Olvidaste? Pregunto sin el afán de ofender o algo por el estilo. Solo bueno yo, estoy segura que te haces una idea del porqué de mi pregunta.

—Claro que si—mencionó mientras guardaba silencio por un momento —. La verdad es que aún te quiero pero ya no de la misma manera, Karen eres mi amiga desde que tengo memoria y jamás cambiará el hecho de que siempre tendré un sentimiento especial por ti pero a veces debes darte cuenta que eso no es suficiente, el rechazo duele pero un corazón roto no es el fin del mundo, el tiempo siempre seguirá su curso al igual que las personas. Debes darte cuenta que a veces ese cariño especial no es suficiente y que se necesita siempre de algo mas.

—¿Y que es ese algo?

—Valentía... Y sinceramente es algo que te hace falta, ten el valor de que te rompan el corazón y seguir tu camino.

—Ya me han roto el corazón y aun así no logro nada.

—No, no es así. No has tenido el valor de romper tu corazón pero no lo digo por él más bien por lo que estas haciendo. Deberías meditar un poco en ello.

Yair se marchó y yo solo le mire mientras meditaba en sus palabras, ¿que se suponía que estaba haciendo mal? Aparentemente todo.

—Escuchen este anuncio importante, el gran crítico Le Cret vendra—escuche anunciar al director por lo cual me acerque a él —y si estaba obra resulta de su agrado seremos los artistas del año.

—¿Quien es Le Cret? —le pregunté a Rose quién sólo soltó un bufido.

—Es un hombre bastante influyente en el mundo del espectáculo, digamos que si el dice que un perro que está en la esquina es el ser más brillante todo el mundo lo creerá así.

—Vaya,¿y sia obra no le gusta?

—Ya no habrá más carrera para nadie.

Mencionó Rose lo cual me hizo temer mucho, con un hombre así de influyente las cosas si que eran aterradoras.
Solté un largo suspiro para tratar de meditar un poco al respecto debo buscar paz mental y llegar al triunfo.

—Yo no asistiré —escuche decir a Rose lo cual me hizo girar a verla con sorpresa —es el día de mi boda.

—Bien, entonces parece que todo el trabajo será dirigido para Karen. Ahora todos a ensayar esto debe continuar en perfección.

Ordenó el director a lo cual todos giraron para ir a sus puestos pero yo solo pude ir detrás de Rose.

—¿Como que no asistirá?

—Voy a casarme, ¿acaso necesito una mejor excusa?

—Pero es tu gran sueño dorado ser una gran bailarina.

Ella se detuvo para girar a verme.

—Eres la peor persona que puede venir y aconsejarme sobre seguir mis sueños, no puedes ni cumplir los tuyos.

Auch aquello en verdad que dolió.

—Claro que puedo, yo seré una gran estrella ya lo veras sere una gran bailarina de ballet.

Le dije pero ella me ignoro mientras continuaba su camino. Ella seguía avanzando sin embargo aunque yo iba detrás de ella sentía que no llegaba a ningún lado, estaba caminando en un completo círculo vicioso que no tenía fin.

Los días pasaron y sin embargo yo seguía sin poder seguir avanzando.
Cargue mi mochila para salir por la puerta trasera, mire la lluvia que caía con furia, parecía que iba a ser una gran tormenta y que no pararía pronto, normalmente no le daría importancia y me iría corriendo bajo la lluvia pero no podía correr el riesgo de enfermarme, no quería que el director muriera de un infarto porque su bailarina estrella no estaba, aunque mi suplente es Rose y conmigo enferma ella tendría que cancelar su boda, ¿en que demonios estoy pensando?
Vi como un auto se detuvo frente a mi, la puerta se abrió y vi como Antonie corrió hasta mi lado para colocarme su saco en la cabeza.

—Esta tormenta no parara pronto, la gran estrella de mañana no debería enfermar mañana.

—Tu también serás una gran estrella mañana.

—No se siente de esa manera.

—Yo tampoco me siento así.

Le confesé a lo cual el giro a verme con una sonrisa. Mi mirada se quedó fija en aquella mirada tan azul que parecía ser tan penetrante, empuje a Antonie hacia la lluvia él me miró confuso pero no le permití decir palabra alguna pues lo bese. Ni siquiera se de donde saque valor o en que momento mande a volar mi cordura, lo único que sabía es que tenía que besarlo.

—Sabes siempre quise un beso en lluvia, no es tan romántico como lo pintan en las películas.

Lo escuché reír mientras me acercaba más a su cuerpo para volver a unir nuestros labios uno con el otro.

—Mi casa está cerca y no hay nadie.

Sabía lo que esas palabras se significaban y las cosas que tendrían, sabía que no estaba bien pero aún así quería hacerlo, quería por lo menos arriesgarme por esta noche y vivir lo que podría ser el mejor momento de mi vida y lamentar lo después, aunque no del todo.

—El hotel está más cerca.

Lo escuché decir lo cual me sacó una sonrisa.
Me alegraba no ser la única en querer arriesgarse en este amor con tristeza que lamentariamos después.

Que complicado es amar en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora