Sonríe para mí, sonríe para ti

Todo es un quizá

Reggie había muerto.

Era un día lluvioso. Aún así, Paul no llevaba algún paraguas que lo protegiese de las lágrimas del cielo. Quizá, tan solo quizá, era para que se volviese uno con las gotas y así dejar de notar que de sus ojos también salían a montones.

Fue un accidente. Uno automovilístico. Dijeron que la muerte de su hermano fue instantánea, que no sufrió.

Dawn observaba al pelimorado a unos metros de distancia, con una sombrilla encima de ella tan apagada como su estado actual. No sabía si ir a su costado, darle ánimos, cualquier cosa. No era familiar en cuanto a temas de pérdida cercanas se refería, así que tenía miedo de decir o hacer algo impertinente.

Sin embargo, sí que quería estar a su lado. Sí que quería abrazarlo y que se desahogue. Quizá acompañarlo... y ya no verlo sufrir en silencio.

Paul solo llegó hacia la morgue a reconocer el cadáver. No dijo más que un "Es él" después de salir del lugar. Casi ni articulaba palabra cuando estaba con los demás después de tal evento.

El entierro llevaba una hora de haber concluído. Ash llamó la atención de la peliazul, preguntándole si la acompañaba de vuelta a su hogar.

— Creo que me quedaré un rato más.

El azabache no puso objeciones.

¿Cómo se pueden llevar tan pronto a un alma tan bondadosa como la suya?

Con pasos firmes comenzó a caminar hasta estar de espaldas del oriundo de Sinnoh. Puso su paraguas encima de él, notando como ahora este movía sus rebeldes cabellos en un acto fútil por secarse.

— Te vas a mojar. — dijo él, casi inaudible por el sonido del choque de las gotas con el piso.

— Y tú tendrás un resfriado si sigues así.

— Bah...

Silencio incómodo.

— Paul. — murmura ella, acercándose más para que ambos puedan caber bajo el paraguas — Ya volvamos al centro pokémon. Podemos... puedes visitarlo otro día donde la lluvia no esté. — no hubo respuesta — Paul...

— Me quedaré en su casa — eso tomó a la peliazul desprevenida — indefinidamente. Tendré que pausar mi viaje por Kalos.

— ¿Qué? — el pelimorado dio media vuelta y caminó en dirección a la salida, sin dirigir la mirada a la chica. Se detuvo, aún sin voltearse.

— Sus Pokémon me necesitan. — siguió con su marcha.

— ¿Podrás solo?

— Si él podía, yo también.

— Pero...

— Quizá tenga que vender la casa.

A Dawn no le gustaba ver a sus amigos mal. Sabía de antemano que Paul era alguien difícil de tratar, posiblemente son escasas las veces donde lo vio realmente feliz. Ahora... ella sentía que debía acompañarlo ¿por qué? Pues no lo quería dejar sufrir en silencio.

Trotó.

Quizá era una idea absurda, incluso muy incoherente. Quizá no tenía lugar ahí, ni siquiera era tan cercana al dúo de hermanos pero... si podía ser de ayuda quizá, tan solo quizá, podría ser capaz de volver a ver al Paul de siempre. Todo es un quizá.

— Déjame vivir contigo — sentenció, logrando que él volviera a detenerse — Por un tiempo. Te ayudaré con los Pokémon y la casa. Te acompañaré a arreglarla para sus futuros dueños.

Te ayudaré a salir del sombrío hueco en el que has caído.

— Haz lo que quieras. — susurró.

— Pues llegaré con las maletas en una semana, ¡no lo olvides!

Volteó, observándola. Ella estaba firme, un poco mojada por la lluvia pero sin dejar de mirarlo con desafío.

Paul esbozó una sonrisa muy efímera.

Dawn quedó sorprendida y su corazón latió con intensidad.

— Eres increíble — mencionó él con sarcasmo, y se fue.

La peliazul se quedó en ese sitio hasta percatarse de que poco a poco la lluvia comenzó a cesar. Fue solo un pequeñísimo instante, pero ver la sonrisa de Paul fue suficiente para plantearse su siguiente objetivo.

— No te preocupes, Reggie. — dijo para sí — Él sonreirá muchas veces más.

Me pregunto si quienes leyeron Contrarios aún recordarán que prometí otra historia Ikari cx
Pues, aquí está ! Actualizaciones lentas eso sí, y quizá un poco de Ooc, no he visto la saga DP en años, pero espero realizar un buen trabajo aquí uwu