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Los días posteriores a la confesión de la coordinadora, Paul no sabía cómo tratarla. De por sí notó que su relación con ella había cambiado demasiado desde que vivían juntos, siendo más cálido, accesible y decidiendo vivir el momento hasta que ella se fuera. Sin embargo ese te amo caló en su corazón, volviéndose palabras constantes que su mente repetía y lo hacían plantearse seriamente qué es a lo que quería llegar con Dawn. Reggie volvía a resonar dentro suyo, exclamando una verdad que Paul no quería ver del todo.
Pero ella mintió, o bueno, no dijo algo que era muy relevante del porqué de su estancia ¿podía confiar en que la declaración no era falsa? Dijo creerle, pero aun así se sintió un poco inseguro, pues de verdad quería darse la libertad de amarla.
<<Amarla>> que cursi era aceptar la verdad.
Por eso siguió observándola conforme los días pasaban. Los silencios incómodos se hicieron paso entre los dos, pero la intimidad que aparecía en ciertas ocasiones le hacía sentir en paz. Dawn quería una respuesta y la tendría, no sin antes pensar bien las cosas pues, de estar juntos, ¿qué les depararía el futuro? No quería pensar en eso pero no podía evitarlo ¿Y si a ella le pasaba lo mismo que a Reggie? ¿Si un día desaparecía para siempre? Comenzó a angustiarse por eso, recordando lo efímera que es la vida y él...
Tiene miedo de perderla.
Pero sabía también que, de estar juntos, sus caminos tendrían que separarse. Dawn mostraba cada día mayor positivismo en cuanto a su carrera como coordinadora y una chica tan decidida como ella alzaría el vuelo nuevamente yéndose a por la infinidad de regiones que su mundo posee. Regiones a los que él sabía no podría acompañarla siempre... ¿Si conoce a alguien más? ¿Si se queda a vivir por allá? ¿Si le ofrecen una oferta de trabajo que los mantendría lejos por años? ¡Arceus! ¿Desde cuándo se había vuelto tan meticuloso? Se maldijo por ello, pues sabe la respuesta:
Algún día tendrían una última conversación y él no estaba seguro si antes de eso podrá decirle todo lo que siente... como a Reggie.
Aun se lamentaba de todas las charlas inconclusas, de los momentos que pudieron compartirse y no se concretaron, del cariño que su hermano tanto le tenía y viceversa, aunque Paul no fue capaz de expresarlos en su totalidad.
Quizá... era mejor si guardaban distancias. Así no habría dolor ni dependencia. Nada los ataría y ella podría seguir adelante con su vida.
Sí, esa es la mejor opción. Empero, cuando ve la hermosa presentación que la coordinadora de azulinos ojos realiza, la sonrisa con la que ordena cada movimiento a sus Pokémon y el entusiasmo de sentirse nuevamente en sintonía con sus compañeros se da cuenta de algo:
Paul no quiere ser solo su amigo.
Quiere verla todos los días, escucharla hablar de sus concursos, ver cómo cuida con tanto empeño a sus Pokémon... quiere despertar sabiendo que ella lo espera, batallar contra y a su lado, pasar simples momentos como el que están viviendo ahora, los dos, solo los dos...
