No era algo nuevo saber que, de las jóvenes promesas en cuanto a coordinadores que Sinnoh había tenido en la última década, Dawn sobresalía como una estrella que no tenía límite de caducidad. Logró hacerse un nombre en varias regiones donde participó, ganando tres Grandes Festivales y quedando aunque sea en los cuartos de final de aquellos donde no logró alzarse con la copa.
Cada día su carrera iban en ascenso.
Cada día eso la presionaba más.
Al ser conocida terminó por darle prioridad a entrevistas o invitaciones de personas que querían auspiciarla, pasándose la mayor parte de sus viajes entre llamadas o revisando revistas de moda de donde pudiera inspirarse para los nuevos conjuntos que usarían tanto ella como sus Pokémon. Piplup, enfadado, le reclamaba por entrenar para ganar el siguiente concurso, pero tenía que callarse el pico cuando su entrenadora le demostraba que aún tenía la habilidad suficiente para guiar a sus pokémon y obtener los listones sin mayor dificultades.
Eso, por supuesto, hasta que llegó a Kalos.
La región recién tenía a los concursos en sus tierras desde ese año y ella estaba decidida a ser la primera ganadora de la copa listón allí. Tenía experiencia, tenía fama, tenía confianza, nada ni nadie podría detenerla de su objetivo.
Pero se equivocaba.
Fue su mismo exceso de confianza el que la hizo batallar con lo mejor de ella para ganar a duras penas sus listones. Pasaba con las justas las primeras rondas, dependía del tiempo y esquivar ataques para que sus puntajes no bajaran contra sus rivales, y escuchaba o leía que su desempeño ya no se asemejaba para nada a la joven Dawn de aquellas épocas de antaño. Había perdido varios concursos y ganado, por fortuna más que habilidad, unos cuatro. Algunos reporteros la interceptaban al final de cada concurso y esta solo huía, con mucha vergüenza de que le preguntaran qué pasaba con ella, pues ni Dawn misma lo sabía.
Volvieron entonces a su mente los pensamientos negativos que la agobiaban cuando aún era una novata de diez años. No puedes ganar, no eres suficiente, hay mejores que tú, dedícate a otras cosas. Estos pensamientos la llevaron a un punto de presión donde no sabía que hacer, o a quien acudir.
"Quizá la antigua estrella azul, Dawn Berllitz, debería dedicarse a entrenar antes de dar actuaciones fatales."
Leyó ese encabezado de periódico cuando llegó a un pueblito pintoresco, y siguió caminando, ignorándolo, porque de no hacerlo se pondría a llorar. Fue por esos momentos cuando se encontró con Paul en Cromlench, adorando ese día con añoranza pues fue de los pocos momentos de alegría que experimentó durante su entreverada travesía por Kalos. Pero, por los motivos que ya se saben, ella tuvo que dejarlo y ni siquiera pudo contarle los miedos que tenía con respecto a su futuro como coordinadora. Él la llamó una vez pero ella no contestó, atrapada en su mente por el hecho de ser mejor y cobarde de enfrentar lo que, ella pensaba, Paul le diría respecto al beso.
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Sonríe para mí, sonríe para ti
FanficElla solo quería verlo sonreír. #1 en DawnxPaul (21/10/20) ❤️ #1 en Ikarishipping (21/08/21) ❤️