07 (maratón 1/3)

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—¡Solcito!

Cuando quisimos acordar ya estábamos pegadas cual moco y dedo. Está mañana, por la madrugada, había salido el avión de Luna hacia aquí y ahora mismo seguía sin creerme que la estuviera abrazando.

Se la presenté a Johnny, y ella estuvo tensa y recelosa debido a que sabía nuestra historia del principio al final y del final al principio. Pero después de aclararle todo, se mostró más tranquila y relajada.

Ahora mismo nos encontrábamos yendo a por chocolate caliente a una cafetería muy linda cerca del aeropuerto.
Luna y Johnny hablaban de temas que no me interesaban, por lo que yo me paseaba mirando las vidrieras de los negocios por los que pasábamos.

Llegamos al café.

—Lo lamento, no tenemos más espacio a menos que quieran esperar una media hora o más—dijo la chica de la entrada. Ni borracha hago eso.

—Bueno, adiós y que tenga un lindo día—dijimos los tres a la vez y reímos.

Seguimos caminando por las calles, buscando un lugar en el cual desayunar. Encontramos uno llamado Macy's. Era bastante bonito y tenía una muy buena ubicación. Lamentablemente no había tanta gente como yo esperaba y se merecía que hubiera.

Nos sentamos a espera que nos atiendan.

—Buenos días, bienvenidos a Macy's, dónde el café es más importante que la vida. ¿En qué puedo ayudarles?—dijo una alegre y entusiasmada voz que se me hizo bastante conocida.

Levanté la cabeza y casi me da un infarto al ver de quién se trataba.

—No puede ser. ¡Rick!

El chico nos miró extrañado, en especial a mí. Pero pude ver su expresión intentando descifrar quiénes somos y por qué sabemos su nombre, en especial a mí.

Soltó un grito ahogado.

—No inventes, ¡Julie y Johnny!—dijo y la expresión confundida de Johnny cambió a una alegre.

Nuestro reencuentro fue increíble, y confuso para Luna. Pero al final terminaron por llevarse bien.

Hoy a la noche era la fiesta de bienvenida, que en realidad era una excusa para hacer una fiesta, y con Johnny estábamos muy emocionados.
Pasamos el día con Rick y cuando era la hora, nos fuimos a arreglar.

—Que te estoy diciendo que el azul te queda hermoso. El color de las rubias es el azul, por el altísimo—dijo Rick alterado. Luna estaba insegura y ya me habían revuelto todo el armario.

Siguieron peleando hasta que me miraron.

—Tiene razón—dije señalando a Rick. Este soltó una exclamación acompañada de un baile de victoria.

—No puede ser—exclamó dando vueltas por toda la habitación—. Bueno, entonces tú Julie te pones este vestido rosado.

De ninguna manera.

—Ni pienses que me voy a poner esa cosa.

—El rosa es tu color chica, Rick apóyame ahora—dijo enojada y el morocho en seguida estuvo a su lado y en frente mío.

—Ahora es mi turno de decirlo; tiene razón—solté un bufido y me levanté del pequeño sofá donde estaba tonteando.

—Dame eso—dije de mala gana y extendiendo el brazo. Ambos soltaron risitas.

—Nop.

—Te vamos a arreglar antes.

Esto. Esto va a terminar mal.

Johnny's Pov:

La extraño. Ya sé que está justo unas habitaciones arriba, pero extraño su calor. Mi cuerpo me pide a gritos al menos una pequeña dosis de ella para calmarse.

Quiero ser su único. Quiero que ella me mire a mí, y me sonría a mí. Quiero que me acaricie el pelo o se esconda en mi pecho cuando tiene frío o verguenza. Que se apodere de mis labios, porque tengo que admitir que mi boca es suya, mi cabeza, mi cuerpo, todo. Soy completamente suyo, y esa pequeña bruja me tiene hechizado con un hechizo que no creo que nunca se rompa. 

Ya sé que la cagué, pero la amo, la amo demasiado como para poder ser egoísta con ella. Ella merece a un chico que la aprecie más que yo, que le tenga tanta devoción a esta diosa como yo le tengo. Julie Langerlee se merece el mundo, y aunque yo pueda dárselo, no voy a ser el indicado nunca. Porque a mi lado ella no la pasará bien, porque a mi lado ella nunca podrá ser su cien por ciento. Porque yo la estoy reteniendo y un hermoso ave como ella tiene que volar por lo más alto y deslumbrar a los que van por debajo. 

Una exclamación me sacó de mis pensamientos.

—¡Johnny!

Ay Dios mío.

—Gracias a dios que llegaste—me abrazó y quedé anonado por la belleza del ángel que me estaba hablando y que yo no estaba escuchando. Olía tan bien...—. ¿Johnny? ¿Estás ahí?

Sus manos moviéndose en frente de mi cara me hicieron salir del trance en el que ella me metía constantemente.

—Ah sí aquí estoy. Luces hermosa enana—dije medio tonto y ella se sonrojó antes de hablar.

—Gracias Johnn. Tú también.

—¿También luzco hermosa?

—Tal como una florecilla de prado—reímos—. No queda mucho para hacer aparte de controlar a los invitados y creo que ese es un trabajo algo fácil. Gracias por todo Johnny, no me imagino qué hubiera pasado si tú no hubieras venido. Esto es increíble.

Mi corazón latía fuertemente, parecía que se me quería salir del pecho para llegar directamente a su mano.

—Tú sabes que lo haría una y mil veces con tal de verte tan feliz—no controlé las palabras que salían de mi boca y ella se puso rígida—. Perdona si te dije algo que te incomodara, es que... Yo, lo lamento a veces no controlo...—ella me cortó en pleno vómito verbal con una risita.

—No entiendo por qué te disculpas por decir algo tan lindo como lo que dijiste. Ahora vamos, los invitados esperan a los anfitriones.

Está agarrando mi mano, ¿Qué hago? ¿Me desmayo?

/&/

Parte unoooooop del maraton. 

Get Ready bitches porque esto se va a poner dramático y apasionante.

Estoy recién empezando el segundo capítulo del maratón, tengan paciencia.

Lxs amo.



Always; JODonde viven las historias. Descúbrelo ahora