-Te atrapé Juggy. -rie la pelinegra y mis ojos se abren como dos platos, cuando veo que ella se va acercando más y más.
-No quiero que te me acerques. -digo mientras retrocedo y chocando con la pared, pero ella sigue avanzando con una sonrisa-. ¡Pareces Diabolica!
-Bien que te gusta estar cerca de está diabolica. -rie para atraparme, pero la esquivo saltando hacia mi cama-. ¡No te vas a escapar de mí! ¡Acepta la realidad Jughead!
Y así comenzó a perseguirme por toda la habitación, saltando de cama en cama, hasta que me encierro en el baño y puedo escuchar su risita de afuera.
¿QUÉ ES LO QUE ACABA DE PASAR?
De alguna forma ella nos está manejando.
NO SALGAS DEL BAÑO POR NADA EN EL MUNDO.
-Abreme la puerta, no puedes esconderte toda tu vida en un baño.
-O tal vez si pueda. No pienso abrirte porque me incomodas -le respondo sentandome en el suelo-.
-No puedes, porque acabo de encontrar unas tijeras y se que hace mucho no te lastimas. -suelta Vero llamando mi atención-. Puedo dartelas.
-Te conozco. Se que es mentira, Ronnie. -digo con orgullo-.
Un momento ¿Ronnie? ¡¿RONNIE?! ¡¿POR QUÉ LE DIJE RONNIE?! Oh no Jughead, acabas de llamarla Ronnie.
-¿Ronnie? -pregunta ella al otro lado de la puerta-. ¿Por qué me llamas así?
-Por nada, ¡Olvidate de todo! -suelto nervioso y de nuevo se escucha su risita-. ¿De qué te ries?
-¡ME QUIERES! -Suelta divertida-.
-¡NOO, YO NO DIJE ESO! -abro la puerta de un golpe y ella ríe en el suelo a carcajadas, está burlándose de mí-.
-¡SI, ME QUIERES Y NO PUEDES NEGARLO! Ay Juggy, ven y dame un besito -dice levantándose de nuevo para ir tras de mí-.
-No te me acerques o... -mierda, no tenía con qué amenazarla-. Voy a morderte de nuevo.
