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CUANDO CAMILLE BEVAOUR RECUPERÓ LA CONSCIENCIA, pensó que todo lo sucedido había sido una pesadilla muy realista. Al menos, la parte en la que todo su cuerpo dolía, como si toda su piel estuviese siendo arrancada, y ver a Emmett Cullen en su habitación. En teoría, no tenían sentido, pero la percepción de ello fue como si estuviese pasando realmente. Aún así, su sueño sólo había sido una pesadilla terrorífica. Las personas no morían con sus cuellos al descubierto en el día de la independencia, su madre no estaba muerta y ella no era un maldito animal. Aunque, incluso diciendo todas esas palabras, la sensación de miedo continuaba en su estómago.
Al sentarse en su cama, se vio a si misma tapada de pies a cabeza con su colcha blanca. Sin embargo, cuando se sentó y la sabana comenzó a caer por sus pechos, vio que estaba completamente desnuda abajo. Soltó un pequeño jadeo sorpresivo. Nunca había pasado por su cabeza el dormir de esa forma, solía usar pijamas o camisetas y pantalones que fuesen cómodos. Había ido a dormir con su pijama y ropa interior, estaba segura de ello. ¿Cómo era posible que estuviese desnuda? Las cosas parecían no tener sentido. Movió su vista para comprobar que nada malo pasó con su cuerpo mientras dormía, su piel estaba intacta y no tenía ningún daño. Al ver su brazo, notó algo nuevo. Su yeso había desaparecido.
Palpó la zona, con miedo a que estuviese viviendo una nueva pesadilla interminable. Al mover su extremidad levemente, ningún dolor apareció en su brazo malo. Intentó moverlo más, doblarlo y tocarlo con su otra mano. De alguna manera poco probable y surrealista, su hueso se había curado de la noche a la mañana. Su respiración se estaba haciendo más agitada, pero se trataba de que no podía entender nada. Los huesos no se reintegraban en cuestión de horas, el doctor Cullen y su madre dijeron que debía esperar unos meses hasta que el hueso se consolidara. El yeso en su brazo solo había estado por unas cortas semanas. No había manera posible de que eso estuviese pasando realmente. Así como tampoco tenía sentido alguno amanecer desnuda.
—Camille...— levantó su mirada al oír su nombre. En efecto, Emmett Cullen estaba allí mismo. La visión de su aparición le sorprendió. Él estaba saliendo del baño, con una toalla mojada en manos. Abrió su boca en un estado de nervios, tenía la misma camiseta roja que le había visto en su sueño, cuando tenía pelos y garras. Negó con su cabeza, ¿Se había vuelto loca?
