37. Conocer y saber usar de las varillas.

1 0 0
                                    

Es el punto más sutil del humano trato. Arrójanse para tentativa de los ánimos, y hácese con ellas la más disimulada y penetrante tienta del corazón. Otras hay maliciosas, arrojadizas, tocadas de la yerba de la envidia, untadas del veneno de la pasión: rayos imperceptibles para derribar de la gracia, y de la estimación. Cayeron muchos de la privanza superior y inferior, heridos de un leve dicho de estos, a quienes toda una conjuración de murmuración vulgar y malevolencia singular no fueron bastantes a causar la más leve trepidación. Obran otras, al contrario, por favorables, apoyando y confirmando en la reputación. Pero con la misma destreza con que las arroja la intención las ha de recibir la cautela y esperarlas la atención, porque está librada la defensa en el conocer y queda siempre frustrado el tiro prevenido.

El oráculo manualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora