Siempre ha de ser otro tanto más lo interior que lo exterior en todo. Hay sujetos de sola fachada, como casas por acabar, porque faltó el caudal: tienen la entrada de palacio, y de choza la habitación. No hay en estos donde parar, o todo para, porque, acabada la primera salutación, acabó la conversación. Entran por las primeras cortesías como caballos sicilianos, y luego paran en silenciarios, que se agotan las palabras donde no hay perenidad de concepto. Engañan estos fácilmente a otros, que tienen también la vista superficial; pero no a la astucia, que, como mira por dentro, los halla vaciados para ser fábula de los discretos.
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El oráculo manual
RandomPublicado en el año 1647, en Huesca, firmado por Lorenzo Gracián (Seudónimo del autor) seguramente para evitar represalias en la orden a la que pertenecía. Dato curioso: Fue un libro conocido (y traducido al alemán) por Arthur Schopenhauer. Nota de...