III. «Kacchan». «Kacchan»

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I'll never talk again
Oh boy you've left me speechless
You've left me speechless, so speechless
I'll never love again
Oh friend you've left me speechless
You've left me speechless, so speechless

Speechless, Lady Gaga

Por supuesto que fuiste tú el que llegaste lleno de sentimientos y atacaste. Sin piedad y sin corazón. Cabrón. Te lo digo muy seguido en tu cabeza, cada que recuerdo tus ojos llorosos confesando que no podían perderme. No te aparté pero vi en tus lágrimas que esperabas el rechazo. Pasé años convenciéndote de que no podría quererte nunca. Lo siento. (En mi cerebro siempre es más fácil arrastrar esas dos palabras, hacerlas aparecer). Y me viste a los ojos convencido de que no podría regresarte los mismos sentimientos, lleno de lágrimas.

Recuerdo que tragué saliva, consciente del ladrillo que me estabas aventando encima porque nunca se te han dado las sutilezas. Y lo único que pensé fue en que tu cerebro era un hijo de puta. (Perdón, pero lo es).

Cómo vas a enamorarte de un cabrón como yo.

Pero bueno, aquí estamos, ya no lo cuestiono tanto.

—¿Quiénes bajar a ver una película? —pregunta Izuku—. Kirishima trajo una vieja de Crimson Riot.

Bufo.

—... o podemos quedarnos aquí.

Estamos en central nerd. Digo. Tu habitación. Estoy seguro de que no tenías tantas porquerías de All-Might cuando todavía vivías con tu madre. Pero qué voy a saber: no visito tu casa desde que tengo cuatro años. Igual me estoy equivocando.

(Pero sospecho que en realidad el viejo te dio la mitad de la memorabilia que tienes sólo por ser el mejor fan número uno que un héroe podría desear).

—¿Qué quieres hacer tú? —pregunto.

No me molestaría que contestes que vas a ponerme a ver de nuevo todos los top diez de las mejores peleas de All-Might mientras los analizas, pero considera que te las sabes de memoria.

Por favor.

Un día va a haber top diez de nuestras mejores peleas. ¿Lo has pensado? Igual todavía no te cae el veinte.

Mira, yo ya he visto todas las películas de Crimson Riot que tiene Kirishima. Su misión en la vida es que todo el mundo las vea y en primer año me torturó con todos los maratones que pudo.

Sería mejor si dijera toda la perorata en vez de dejarla en tu cerebro.

Tú te encoges de hombro.

—Pasar tiempo contigo, Kacchan —respondes, con esa cara de que es raro tener tiempo libre.

Suelto un bufido.

—Patético; me refería a algo más concreto, idiota.

—Kacchan... —te quejas.

Odiaba ese nombre.

En serio.

Supongo que a los cuatro años no me molestaba que no pusieras pronunciar Katsuki (patético, también, pero teníamos cuatro años, no tengo tiempo para juzgar retroactivamente) y en vez de eso me dijeras «Kacchan». Pero después lo odié. Cuando cambié «Izuku» por «Deku» y alteré todo el curso de nuestra relación porque estaba enojado.

Lo odié tanto que no soportaba oírlo.

«Kacchan». «Kacchan». «Kacchan». Siempre detrás de mí. Siempre estirando una mano que yo nunca iba a alcanzar. «Kacchan». «Kacchan». «Kacchan».

Izuku [Katsudeku/Dekukatsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora