V. La figura de un héroe

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I need a hero
I'm holding out for a hero 'til the end of the night
He's gotta be strong
And he's gotta be fast
And he's gotta be fresh from the fight

Holding Out For a Hero, Bonnie Tyler

Cuando duermes te agarras a mí y no me sueltas. Es algo diabólico, Izuku. Tus manos se aferran a mis playeras y a mi piel y tus piernas me atrapan como un koala se agarra a un árbol. Poco te importa si yo duermo o no.

Tienes un moretón en la mejilla producto de la última vez que entrenaste con Uraraka. Se toma en serio lo de no dejarte ganar nunca. O al menos lo de intentarlo. Aunque a ti no te grita que quiere una revancha cada segundo. Hay algo especial acerca de haber visto a los ojos todo lo que tuviste que pasar para convertirte en héroe (yo incluido); he visto todo lo que los demás no y supongo que no hay nadie que tenga la integridad que tú tienes. Es algo que no entenderé nunca de donde salió, porque el primer día que vi mis manos soltar una explosión supe que sería un héroe y nunca nadie me detuvo. Tú decidiste que nadie podía detenerte después de sangre, sudor y lágrimas. Después de mí, por supuesto.

Te mueves como una pesadilla, también, por cierto.

Cuando estás dormido nunca sé si intentas abrazarme o ahorcarme o su las dos cosas son lo mismo en tus brazos.

Pero estaba hablando de tu puta integridad del carajo. No estás aquí por la fama, el dinero o la pelea. Estás aquí porque un día decidiste que querías salvar a alguien.

(Alguien: yo, con el orgullo roto y hecho pedazos, con ese idiota hecho de lodo encima).

Como nota al margen.

Vuelves a moverte.

—Kacchan...

—¿Estás despierto?

Por fin me liberas y te das una vuelta. Luego vuelves a atacar, con los brazos. Los levantas para tallarte los ojos y me das un codazo. Espero hasta que te desperezas y entonces te das la vuelta y encuentro tus ojos.

Verdes.

Brillan en la oscuridad.

(En realidad no, pero parece; lo juro, parece).

—Estás despierto.

—Si vas a decir obviedades no sé para qué despertaste. Por supuesto que no puedo dormir si me tienes atrapado con tu posición de koala, Izuku.

—Lo siento.

No lo sientes. Ni siquiera pones cara de arrepentimiento por estar arruinando mi horario de sueño.

—Estaba pensando —digo.

—¿Ah, sí?

—A veces pasa, Izuku.

—¿En qué?

—En ti. —Pero no aclaro nada más y sólo dejo que en mi rostro se pinte una sonrisa a medias. Cree lo que quieras. Soy incapaz de sacarte de mi cabeza desde siempre. La mayor parte del tiempo fue por los motivos equivocados, pero eso no quita que seas la constante de mi vida.

No voy a mentir y a decir que nunca te odié.

Ni tú ni yo lo soportaríamos. Nuestra historia tiene derecho a ser contada sin censurar nada. Tú dirías que es para demostrar que las personas pueden cambiar, crecer, evolucionar. Yo diría que es para demostrar que tu terquedad y tenacidad te lleva a alguna parte.

(Como a ser el sucesor de All-Might).

Siempre te he leído mejor que el resto de la gente. Tus lágrimas, tus expresiones, el tono de tu voz. Es la cosa de haber crecido contigo.

Te apoderaste de mi cabeza en algún punto de nuestra vida y nunca te dejé ir.

(Suena más romántico de lo que es, Izuku).

No te quise siempre. Pero siempre estuviste ahí. La gente solía decir que orbitabas alrededor de mí. Se burlaban y yo con ellos. O yo era el que iniciaba todo. También. Te odié tanto porque te vi débil. Y luego lo hice porque me demostraste que no lo eras.

—¿En qué? —repites. Voz más firme y mucho más despierta.

Siempre fuiste mucho más de la imagen que hice de ti en mi cabeza. No. No en pasado. Eres. Eres mucho más que la imagen que cualquiera se hace de ti.

—Serás un buen héroe —digo, pero esa frase no alcanza a poner todos mis pensamientos en el aire y frente a ti.

—Tú también, Kacchan.

—Cállate. Estamos hablando de ti.

Sonríes.

—Serás un buen héroe —repito. Y en la repetición suena estúpido porque no es algo que se debiera reiterar. Cualquiera con dos malditos ojos de frente es capaz de darse cuenta. Incluso la persona más estúpida del planeta lo notaría—. Realmente hiciste ese poder tuyo. Uh. —Eso es más para mí que para ti, aunque a medio camino entre mis pensamientos recuerdo lo mucho que odio a la gente que da vueltas inútilmente—. Digo, siempre has tenido la integridad que muchos imbéciles no tienen.

Imbéciles profesionales, apunte al margen.

Podría hablar de mí, pero supongo que es más grave cuando los extras idiotas son pros.

Sonríes. Se me están acabando las formas de describir tu sonrisa en mi cabeza. Más que nada porque no se me ocurren demasiadas cuando se me apaga el cerebro porque me miras así.

—Tú también, Kacchan.

—¡Qué estoy hablando de ti, idiota!

—Ey, no grites. —Pones un dedo tuyo sobre mis labios—. Si no vamos a despertar a Kirishima y nos va a mirar mal a los dos.

—Tsk. Qué pena.

—¡Kacchan!

Vuelvo a chasquear la lengua. ¿Te parece que a mí me importe?

—Bueno —acabo aceptando—. Pero estábamos hablando de ti. Te van a admirar un montón de idiotas como tú admirabas a All Might. ¿Estás listo para eso? Es una gran responsabilidad, Izuku. No puedes romper el corazón de los niños.

Te ríes.

«Idiota», pienso.

—Prometo no romperle el corazón a los niños, Kacchan.

Te acercas a besarme.

Carajo, lo único que pienso es que vas a ser mejor que casi todos los héroes profesionales allá afuera. Esa sonrisa, esa seguridad de que puedes hacerlo todo porque conseguiste tú solo un maldito milagro. Ese poder que tienes que nos obliga a todos a entrenar todo el maldito tiempo.

El número uno te irá bien, Izuku.

Todavía estoy haciendo las paces con ello, pero estoy seguro de que serás quien llegue hasta la cima conmigo siempre detrás, persiguiendo. Porque no creas que te voy a dar un solo momento de descanso, Izuku.

—Serás el mejor —digo.

Y tú entiendes lo que me callo.

Me abrazas.

No miento, Izuku.

Serás el mejor allá afuera, cuando tengas esa licencia con tu nombre y con ese «Deku» estampado. Y quizá se me revuelva el estómago a veces, cuando te pregunten por qué elegiste tu nombre y me mires un segundo antes de responder con una sonrisa. Pero nunca dudes que voy a alcanzarte.

Si me la ofreces, voy a tomar tu mano.

Izuku [Katsudeku/Dekukatsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora