-Hola Katherine, ¿me presentas a tu amiga? -pregunta una voz a mis espaldas, que en tan sólo el primer día de clases ya me sonaba tan familiar-
Pude ver el brillo en los ojos de Alli, y por alguna razón esto empeoró el enojo que se comenzaba a crecer dentro de mí.
-Vete de aquí, Dylan -contesté sin voltearme-.
-Ohhh, ya conoces mi voz -se burla-. No me interesa hablar contigo pequeña, sólo con tu amiga.
-¡A la próxima que me digas pequeña...! -di vuelta bruscamente, pero me detuve al darme cuenta que mi cara quedó a centímetros de la suya-
-A la próxima que te diga pequeña, ¿te volverás a poner roja?
Oh rayos, oh rayos, oh rayos. ¿Me había puesto roja? ¡Demonios! ¿Y por qué no me alejaba del rostro de Dylan?
-A la próxima que me digas pequeña, lo único rojo que habrá será tu cara por el golpe que te daré -amenacé y me volví a mi lugar, dándole la espalda-.
-Me gustaría ver eso -susurró acercándose a mi oído, lo cual hizo que recorra un escalofrío por todo mi cuerpo-.
Siento que sus pasos se alejan, y volteo a mirar... grave error, él también estaba mirando. En su rostro se dibuja una sonrisa arrogante de costado.
-Adiós, pequeña -saluda levantando su mano-.
¡Vaya idiota! Tal vez cumpliría con mi amenaza, pero ahora mismo tenía un delicioso plato de comida en frente mío, y ya saben, la comida es primero, siempre es primero.
-No cumpliste con tu amenaza -dice Alli como si leyese mis pensamientos-.
-La hora de la comida no es momento de cumplir amenazas -respondo riendo-.
-Oh, claro que no, había olvidado que para Katherin Aldith Mawson la comida es sagrada.
-Claramente, no entiendo como no estoy rodando por todo el mundo ahora mismo.
-¡Porque eres una jodida chica con metabolismo rápido! -responde en reproche-, yo quisiera ser así. Comes y comes y no engordas. Y yo me la tengo que pasar de dieta en dieta, de gimnasio en gimnasio.
-Oye, eso ya es decisión tuya. Yo la paso estupendo no haciendo nada.
-¡Y mira el cuerpo que tienes!
-¿Cuál? -digo mirando como si no encontrase nada-
-No te hagas la tonta Kath. Tú y yo sabemos que tienes un buen cuerpo, por más que no lo hagas lucir.
-Ya, como digas.
-Tengo razón.
-Como digas.¡Timbre! ¡Bendito timbre! Dando por finalizado el primer día de clases, ¿por qué no podía ser el último día y comenzábamos las vacaciones nuevamente?
Salimos con Alli, junto a Luke la llevaríamos a su casa ya que aún no le han comprado un auto, y de paso vería donde vivía.
Cuando nos vamos acercando vemos que Luke estaba hablando con... ¿Dylan? Oh no, no otra vez. Pienso en dar media vuelta e irme a otro lugar a esperar, pero entonces escucho el grito de Luke.
-¡Eh, Kath! ¡Aquí! -dice levantando la mano-
Genial, mi queridísimo hermano gemelo no me dejaba huir tranquila. Así que vamos hacia ellos con Alli.
-¿Podemos llevar a Alli? -pregunto-
-¡Rayos, Alli! ¿En serio eres tú? Ya te me hacías conocida... ¡Tanto tiempo! -exclama dándole un abrazo-
-Hola Luke -dice riendo y correspondiéndole el abrazo-.-Oh, Kath, quería decirte que estuve hablando con Dylan y después de todo no es un mal tipo -comenta Luke-.
-Ya -respondo de un notable mal humor-.
-Es en serio -reprocha-.
-¿Y quieres que te dé mis bendiciones para que sean mejores amigos por siempre? Simplemente vamos a casa.
-No iremos a casa hermanita. Llevaremos a Alli y luego nos quedaremos en la casa de Dylan hasta la cena.
-¿QUE QUÉ? -pregunto indignada-
-¡Sorpresa, pequeña! -dice Dylan en un tono alegre y burlón-
Y es entonces cuando cumplo mi amenaza, y estampillo mi mano en la mejilla de Dylan. «Te lo advertí, "pequeño"».

ESTÁS LEYENDO
•Sweet Agony•
Teen FictionKatherin Aldith Mawson es una joven de 17 años que está en el anteúltimo año de preparatoria, esperando ansiosa por que su vida de un giro de 360°, pero para que esto ocurra tiene que realizar un cambio en ella y ya no seguir la misma rutina de cada...