Capítulo 8

68 6 2
                                    

Capítulo 8

-Pues vete -bromea Dylan-.
O tal vez yo creí que estaba bromeando... porque en ese momento siento como Luke se va levantando de su lugar. ¡¿En serio este idiota pensaba dejarme sola con este otro idiota?!
-¡Hey! Tú no te irás a ningún lado -le digo a Luke estirándolo de su camiseta y haciéndolo caer nuevamente al sillón-.
-Está bien... -responde un un tono poco convincente-
Y definitivamente era un tono poco convincente, porque en cuanto dejé de mirarlo salió corriendo al piso de arriba, dejándonos solos a Dylan y a mí.
-Buen chico tu hermano, que nos da intimidad -bromea Dylan-.
-¿Qué te parece si vemos la película? Ya nos hemos perdido muchas partes.
-No te hagas la tonta Kath -sonríe-.
-Pues no digas cosas estúpidas.
-No dije nada estúpido.
-Ya.
-Vaya que eres difícil.
-¿Te gustan las fáciles?
«Oh rayos, ¿por qué dije eso?»
-¿Estás insinuando algo? -pregunta con una mirada pícara-
-N-no -tartamudeo-, claro que no.
-Bien.
-Bien.
-¿Quieres ir a una fiesta mañana? -propone-
-¿Podemos seguir viendo la película?
-¿Quieres ir a una fiesta mañana?
-¿Se terminaron las palomitas?
-¿Quieres ir a una fiesta mañana? -insiste por tercera vez-
-¡Ya, está bien! ¡Si voy!
-¿En serio? -pregunta sorprendido-
-Claro, sólo si va Luke.
-Obviamente irá, ¿esperabas que Luke se pierda su primera fiesta luego de salir de ese internado?
-No, pero...
-Entonces... -me interrumpe- irán los dos.
-Está bien.
-¿Qué te pondrás?
-¿Qué? -pregunto sin entender-
-¡Es una fiesta de disfraces! Tienes que llevar uno, obviamente.
-Oh... pues, ya lo veré.
-Yo ya tengo el mío, y te puedo asegurar que no me reconocerás.

«¡FIESTA!» escucho gritar a alguien que pasa al lado nuestro, mientras corría con una botella de cerveza en la mano. ¿Tan rápido se emborrachaban? Luke y yo acabábamos de llegar, y la fiesta ya parecía estar en su mejor momento, o tal vez toda la fiesta estaría siempre en su mejor momento, y resultaría una de esas fiestas épicas de las que se hablan durante meses.
Luke como siempre no pudo con su genio de tener que usar algo "original" y se disfrazó de mujer, o algo así. Sí señores, Luke Mawson estaba pintado, con una musculosa rosa -que tenían quién sabe qué para disimular el busto-, unos shorts de jean -que dejaban los pelos de sus piernas expuestos, iugh-, unas sandalias blancas -había optado por no llevar tacos, ya que "era muy complicado caminar"-, un pañuelo al rededor de su cuello, una peluca rubia con rulos y unos lentes de sol encima de esta. ¡Genial tu disfraz, hermanito!
Yo por mi parte iba de vaquera, sí, muy creativa. Luke había insistido en que me disfrace de conejita playboy, pero me negué, ¿dónde estaban su protección y sus celos de hermano? Llevaba puesto un short de jean azul con un cinto marrón, unas botas altas marrones, una camisa roja a cuadros y un sombrero, al estilo de los vaqueros.

-¡Hey, Luke! ¡Bonito disfraz!
-¡Preséntame a tu amiga Kath!
-¡Wow, Luke! ¡No me había dado cuenta de lo irresistible que eres!
Estos y otros comentarios eran los que escuchamos al entrar a la casa de quien fuese que organizó la fiesta, creo que se llamaba Thomas, sí, eso era. Thomas había organizado la fiesta.

-Estás realmente preciosa -dice alguien a mis espaldas a mi oído, lo cual me hace estremecer. Sabía quién era, vaya si lo sabía-.
-Hola, Dylan -respondo dándome vuelta-.
-Hola, pequeña -contesta él. Por alguna razón ya no me molestaba que me diga "pequeña"-. ¿Quieres bailar?
-¿Contigo? -pregunto mirándolo de arriba a abajo- Paso -doy media vuelta y me aparto-.
En realidad, me hubiese gustado bailar con Dylan, pero por simple orgullo contesté que no.
Si no era por su voz, probablemente no lo iba a reconocer a primera vista. Iba de "luchador", sí, oyeron -o mejor dicho, leyeron- bien, luchador. Es decir que estaba sin remera... mostrando su sexy abdomen... ¡Basta Katherine, no pienses en eso! Bueno, estaba mostrando su abdomen, sí, y llevaba una capa dorada, junto a una especie de botas del mismo color, y una máscara, nuevamente dorada.

Uno, dos, tres, cuatro... los vasos que estaba tomando esa noche iban en aumento. ¡Había bebida para dar y regalar! Y no estaba mal tomar por una vez, total nunca antes lo había hecho.
Empezaba a sentirme mareada, «es hora de parar», «¡pero esto se está poniendo más divertido», «vas a terminar mal», «no puede pasar algo tan terrible». Seguí tomando, la música parecía aumentar su volumen y el cuarto daba vueltas, las caras de los demás se me hacían borrosas, casi irreconocibles. Me dejé llevar por esa música que era lo único que escuchaba, y bailaba y bailaba.
Vi una mesa cerca mío, «¿por qué no?». Me subí a la mesa y comencé a bailar, las personas se empezaban a reunir a mi al rededor y aplaudían. Me aplaudían a mí, por como estaba bailando. Ni siquiera sé si lo estaba haciendo bien, yo sólo me dejaba llevar. Pero en ese momento ya toda la habitación daba demasiadas vueltas, y yo ya no podía mantenerme parada, por lo que terminé cayendo de la mesa. Pero alguien evitó que chocase con el suelo, y me llevó afuera.

-¿Estás bien? -preguntó, no podía distinguir quién era- ¿Te golpeaste?
-Es-estoy bien. Só-sólo algo mareada -respondí mientras hipaba-.
-Te traeré agua.
-¡No! Quédate conmigo.
-Kath... el agua te hará mejor. Estás...
Lo corté con un beso, ni siquiera sabía por qué, pero lo besé. Él siguió mi beso durante unos segundos, pero luego me apartó suavemente y me acarició la mejilla.
-Así no, Kath -dijo dulcemente-. Estás borracha.
Yo lo miré durante un rato, casi sin entender lo que había dicho.
-¿Cuál es tu disfraz? -pregunté sin poder distinguirlo-
-¿Mi dis...? -suspiró- El de un luchador -dijo sonriendo-.

•Sweet Agony•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora