¡Oh mi Dios! Yo pensé que era la única que comía todo el tiempo, lástima que Dylan ni siquiera me caiga bien, sino podríamos engordar juntos y salir rodando... ¡Basta Katherine! ¿Cómo vas a pensar en eso? Recuérdalo claramente: tú odias a Dylan O'Brien.
-Vamos a ver una película -propone Dylan-.
-¡Sí! -coincide Luke- Que sea una de terror.
-Compré la de "Anabelle", no sé qué tal será. Pero me dijeron que no es muy buena...
-Pues veámosla.
-¡Entonces prepararé palomitas! -dice alegremente Lisa, esta mujer me caía bien- ¿Dulces o saladas?
-Dulces -contestamos Dylan y yo al mismo tiempo, lo miro y en su rostro se dibuja una sonrisa tierna, a la cual quería responderle de la misma manera, pero simplemente me limité a quedarme seria-.
-¡Oigan! -exclama Luke- Yo quería saladas -hace pucherito-.
-La democracia ha hablado -respondo-.
-No hay problema chicos, haré las dos -dice Lisa-.
¡Bien! Todos contentos, porque «panza llena, corazón contento».Bajamos al sótano con las palomitas ya hechas, donde al parecer era el lugar en el cual Dylan se reunía con sus amigos. Tenía un metegol, una batería (¿a caso tocaba la batería?, ¡yo también toco la batería!), un amplio (y al parecer cómodo) sillón, junto al cual había una pequeña nevera, una consola de videojuegos y una enorme televisión.
-No la pasas mal aquí, ¿eh? -pregunta Luke-
-Hago lo posible -responde Dylan-.
Dylan empieza a buscar entre los DVD's que tenía, hasta que encuentra el que estaba buscando, el de "Anabelle". No lo dije, pero me daba algo de miedo ver esta película. Sí, ¡menuda madurez la mía! Pero no es mi culpa que en mi niñez me haya traumado con los muñecos.
-Aquí está -dice Dylan ladeando el DVD-.
Pone la película, y Luke y yo nos sentamos en el sillón, mientras que Dylan apagaba las luces. Entonces siento que algo roza mi cabello, estuve a punto de lanzar un grito hasta que escuché su voz, la cual hizo que me recorra un escalofrío.
-¿Tienes miedo, pequeña? -preguntó Dylan-
-¿A caso no te dejé en claro mi amenaza hoy? Te golpearía de nuevo, pero me parece mucho para un solo día.
Dylan ríe entre dientes pero no responde, luego rodea el sillón para sentarse a mi lado, y pone play a la película.
-¿Por qué no te sientas junto a Luke? -pregunto-
-Porque quiero sentarme junto a ti -me mira a los ojos, pero yo esquivo su mirada-. Además... recuerda que tú y yo debemos compartir las palomitas, no dejaré que te las comas todas tú sola.
-Como sea.
Y obviamente, al compartir palomitas, tuvo que ocurrir ese clásico momento de películas en el cual ambos intentan tomar las palomitas al mismo tiempo y sus manos se tocan. Pero esta vez no recorrió una electricidad, ni nos dimos cuenta que nos gustábamos, ni hubo beso (¡iugh!)-Creo que lo más aterrador de esta película es la muñeca -digo-, es escalofriante.
-Tal vez te sientas más segura en mis brazos -dice Dylan-.
-Déjate de idioteces.
-Esto... Dylan, es incómodo que coquetees con mi hermanita si estoy yo aquí -objeta Luke-.
-Pues vete -bromea Dylan-.
O tal vez yo creí que estaba bromeando... porque en ese momento siento como Luke se va levantando de su lugar. ¡¿En serio este idiota pensaba dejarme sola con este otro idiota?!
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•Sweet Agony•
Teen FictionKatherin Aldith Mawson es una joven de 17 años que está en el anteúltimo año de preparatoria, esperando ansiosa por que su vida de un giro de 360°, pero para que esto ocurra tiene que realizar un cambio en ella y ya no seguir la misma rutina de cada...