7 de Noviembre, 2038.
01:50:05 a.m
Narra Jade.
Dejando el abrazo de lado, los minutos pasaron que las 2 ya estaban por dar, Connor pidió un taxi y fuimos a casa de Hank a quien no encontramos ahí, pues su auto no estaba sabiendo que seguramente estaba en algún bar para seguir bebiendo como dijo cuándo se fue dejándonos en el parque, mi auto era el único que estaba y antes de bajar miré hacia Connor quien ya se encontraba mirándome. Cada vez era constante los nervios que sentía estando cerca de él, solo esperaba que no volviera a notar que mi temperatura había subido por mi rostro.
― Que pases buena noche, Jade ― dijo sonriendo de lado ― Ten cuidado cuando regreses a casa ―
― Tú igual, Connor. Ten linda noche y cuídate ― dije correspondiéndole la sonrisa y abrí la puerta
Saliendo del taxi cerré pronto y crucé la calle para ir a mi auto, el taxi partió con Connor no volviéndolo a ver así también yo irme de donde estaba para iniciar un viaje largo a que reparasen mi mano, me alejé de la casa de Hank esperando que esté bien y que no pase ningún accidente teniéndolo bajo los efectos del alcohol... durante el camino estuve perdida en mis pensamientos siendo que han sido ya varios casos que dejamos sin respuestas claras por los divergentes, únicamente con el primero a quien interrogamos, Kara y la niña escaparon, después fue el de las palomas, ahora la pareja de esas dos tracis, solo escaparon para estar libres. Cada vez eran más y no tenía idea cuando será el momento en el que empiecen a revelarse por completo. Y pensando en divergentes, me ponía en duda si Connor era uno de ellos aunque se lo dejó claro a Hank, no era más que una máquina para realizar una sola tarea, entonces ¿por qué comienzo a sentirme atraída a él? Es un androide, dirían que estoy loca por tener sentimientos por un trozo de plástico y a solo un año de perder a mi esposo, tal vez estaba mal y solo volvía a confundirlo... aún si no fuera así, es Connor solo una máquina, un caza divergentes, solo está para cumplir su misión y solo eso. No siente nada y yo tampoco debería, es imposible.
Por ir tan perdida pensando aquello, solo escuché el claxon de un auto que frené de golpe viendo el semáforo en rojo antes de terminar a media calle y ser arrollada por el resto de autos y camiones que se aproximaban, mi respiración se agitó sintiendo el cuerpo tenso tras ese momento, mientras esperaba pasé mi mano derecha por mi rostro sintiéndome asustada y dejando de lado el tema de la divergencia y Connor me concentré más en continuar el viaje antes de que termine en otro accidente. De la autopista, fui adentrándome a varias calles dejando residencias atrás y la ciudad para llegar a un lugar medio deshabitado donde muy apenas había presencia de personas o androides, también apenas se contaba con servicio de alumbrado por la zona, casi saliendo de Detroit estaba este pueblo casi abandonado que mayormente suelen ocurrir ciertas ventas ilegales de drogas como el cristal rojo, hasta ventas de armas pero yo ya les tengo puesto el ojo por lo que los crímenes han disminuido.
Estacioné a un costado de un terreno baldío bajo un poste de luz apenas iluminando, parpadeaba y no tardaría mucho en fundirse por completo, del otro lado de la calle había un local donde de todos los que estaban cerrados era el único abierto y el más notado por sus luces de colores que resaltaban desde las ventanas, parecía un club pero no era así. Abrí la puerta haciendo sonar una campana que colgaba de esta, crucé por un corto pasillo entrando a una sala viendo las estanterías que rodeaban toda la pared, encima de estas varias piezas de mecánica e incluso de androides estaban ahí, brazos, piernas, algunos ojos en frascos y cosas extrañas que adornaban. Escuché como si cajas se cayesen al fondo entre un cuarto donde pude ver la silueta de una persona de baja estatura saliendo...
― ¿En qué puedo ayudarle? ― preguntó el hombre acomodando sus gafas hasta verme ― ¡Oh, Jade! ¡Qué gusto verte por acá! Tanto tiempo ha pasado... ¿No vienes a investigarme, verdad? ―
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Detroit: Become Human ( O 1 )
RandomLa revelación de los androides ha plantado miedo en todo Detroit. Divergentes, así los llaman. Desde su creación hasta su lanzamiento, ningún androide había presentado un "fallo" así, porque era algo más que una simple falla en su programación. Ahor...