Capitulo 12.

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Sumido en un sueño, tenía una botella de whisky a su lado mientras recargaba su cabeza en la mesa de la cocina, aquella botella ni siquiera estaba acabada a la mitad cuando el hombre cayó dormido con la televisión encendida y su san Bernardo echado en el tapete de la sala cuando se levantó gruñendo y ladrando.

― ¡Sumo, cállate! ― ordenó Hank sin abrir sus ojos, el ruido del timbre lo molestó que acabó maldiciendo con murmullos ― ¿Quién mierda viene a molestar tan tarde? ―

Levantándose tambaleó un poco pero pudo mantenerse y caminar hacia la puerta, Sumo seguía ladrando un comportamiento raro para Hank ver al can tan inquieto, abrió la puerta viendo ese impecable uniforme y ese rostro tan molesto que parecía haber pasado años que no lo veía, tal vez exageraba pero así el teniente lo creía.

― Buenas noches, teniente ―

― Connor, ¿qué carajo estás haciendo aquí? ― preguntó viéndolo de pies a cabeza ― ¡Sumo, silencio! ― el gran perro seguía ladrando

― Vine a pedir su ayuda, todo este tiempo estuve con Markus y los divergentes ― contó

― Y no lo detuviste, ¿cierto? ―

― No, yo me volví divergente... ―

― Que sorpresa ― dijo no mostrando emoción alguna

― Y ahora busco la manera de ir a Cyberlife para liberar a los androides ―

― Estás jodido, Connor ― Hank frunció el ceño con molestia

― Por favor, teniente. Necesito de su ayuda, si libero a los androides podremos equilibrar todo y tendríamos más ventaja ―

Detrás de Connor, en el taxi estaba Jade tratando de gritar hacia Hank y advertirle pero nada podía escucharse desde afuera por lo que el mayor no tenía idea de su presencia y porque estaba amordazada y sus manos atadas con fuerza, las ventanas polarizadas tampoco ayudaban en nada no permitiéndole verla desde donde estaba. Hank seguía mirando a Connor, recién levantado y desorientado él no podía sospechar del androide con el que trabajó, gruñó como de costumbre y volteó al interior de su hogar hasta dar con su perro.

― Mi noche acaba de empeorar ― dijo negando y regresó adentro directo a tomar su pistola yaciendo en el comedor, Sumo gruñía hacia Connor pero este no reaccionaba ― ¿Sumo, que diablos te pasa? ―

― No debe agradarle los androides ― dijo Connor sin dejar de ver al grandote

― Sí... eso debe ser ― Hank miró a Connor extrañado por su comentario ― ¿Sabes algo de Jade? ―

― Claro, está justo esperándonos ―

Sumo cada vez ladraba más.

― ¿Está esperándonos? ― volteó para regañar a su peludo amigo pero para su sorpresa entendió el porqué de la inquietud de Sumo, Connor estaba apuntándole con el arma ― ¿¡Qué mierda pasa contigo!? ―

― De una vez le aviso que no es conveniente que saque su pistola si no quiere que su lanudo amigo sufra por su mala decisión ― amenazó, Hank apartó las manos de donde portaba su arma ― Caminará hacia donde estoy y me entregará el arma, nos dirigiremos al auto y no intentará nada ―

― ¡Púdrete! ¿me escuchaste? ― hizo caso a lo que Connor dijo, avanzó hacia él y en lo suficiente cerca el androide tomó el arma ― Tranquilo, Sumo... no tardaré ―

― Ahora salga ― ordenó, Hank salió aún con los brazos alzados caminando a donde estaba el taxi estacionado, los ladridos de Sumo continuaron ― Odio a los perros ―

Detroit: Become Human ( O 1 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora