-Kimura! Kimura
El profesor de dibujo me hizo despertar de mis pensamientos.
-Kimura se le can los grafitos tenga cuidado, se le van a quebrar
-Si. Gracias sensei.
-Sigan dibujando.
No podía dejar de pensar en lo que había pasado anoche, había cosas que me acordaba y otras no, pero lo que no podía dejar de ver en mi mente era el rostro enrojecido de Kohaku, y recuerdo tenerlo verdaderamente cerca. Hoy de mañana cuando me levante y vi la botella de sake casi vacía entendí por que tenia semejante dolor de cabeza... me acordaba de haber bebido bastante, el problema es que cuando me descontrolo con la bebida... soy más... valiente? Seamos sinceros, se me desordenan las neuronas y me animo a hacer cosas que sobria no haría.
Difumine con los dedos el grafito, mientras terminaba de hacer el dibujo a toda velocidad, la clase estaba por acabar. Mire el dibujo desde lejos, no entendía de donde había sacado la idea de que el modelo era así de delgado... pensar en Kohaku mientras dibujaba no había sido buena idea, a final de cuantas el cuerpo en el papel se parecía más al de el que al del modelo.
Salí de la clase pero no me quería ir a casa. Ya había terminado con las obras que quería poner en la galería de arte y no tenía ningún examen cerca, pensé que era bueno quedarme en otro lado. En realidad hoy estaba de mal humor, no quería ver a nadie, últimamente no me estaba entendiendo conmigo misma y no tenía mucha privacidad en mi casa, o por lo menos no era la misma privacidad que tenía antes.
Toque la puerta del cuarto de restauración de artes.
-Pase!- dijo Momozono-san desde dentro.
-Permiso. Buenas tardes Momozono-san.- hice una reverencia.
-Oh hola Kimura-chan, ya me preguntaba porque no habías venido hoy después del almuerzo.
-Ah no debe preocuparse por mi...
Momozono-san estaba inclinada sobre una pieza gigantesca era un lienzo que estaba lleno de moho.
-Parece que esta ocupada, no la quiero molestar, solo quería volver a ver el tejido.
-Oh claro querida mira todo lo que quieras.
Este tejido se había vuelto obsesión para mí. Al principio no le había encontrado casi nada de gracia, pero al cabo de un tiempo mientras más lo miraba más familiar se me hacía. Había soñado con él, que yo era la geisha que caminaba a la vera del rio mientras observaba a aquel dragón, pero no se sentía como un sueño, era como recordar algo muy lejano como recordar aquella vez que me había caído en el rio aquí cuando era pequeña.
Aquella tarde mi mente empezó a divagar, sabía bien lo que se venía... una ola de inspiración , se sentía como eso... esa sensación de éxtasis que crece desde la boca de tu estomago se expresa en tu mente y sale por tus dedos.
Pero en realidad fue un simple presagio de lo que estaba por pasar.
Cerré los ojos y me concentre en el sonido que hacia Momozono-san al rozar el lienzo con el algodón sopado en un aceite especial, me transporto a lo profundo de mi mente, recordé mi pre adolescencia esa edad extraña en donde no sabes si eres niña o adolescente, y por poco te conviertes en mujer, es algo extraño... la mudanza de esa vez la recuerdo pero el viaje, bueno solo que mi ramo de flores estaba marchitado.
Al sentir el olor a aceite del algodón que utilizaba Momozono-san flashes empezaban a venir a mi cabeza de cosas que recordaba, pero no sabía donde habían salido. De nuevo veía esa gran torre de aceite, luego una casa de baños, un rio y un dragón.
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El viaje de Kohaku.
FantasyEsto es mi continuación de "El viaje de Chijiro". Kohaku se ve agobiado por sus nuevos sentimientos, no los entiende y hará lo imposible para buscar la raíz de estos, en este viaje descubrirá muchas cosas de si mismo y sobre el mundo humano. Con sus...