Geisha.

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Agua.

Puedo sentir como el agua corre entre las piedras, puedo sentir la corriente del rio, como desemboca en un océano. Es como si fuese mi propio cuerpo, como si el rio fuese yo.

Abrí los ojos, donde estaba? Esto es una aldea, hace calor esto se me hace familiar, oh mi cabello es tan largo que llega hasta los talones.

Soy yo?-me pregunte a mí mismo. Me mire en un charco, si era yo pero tenía puesto un kimono de seda finísima, volátil, y mi cabello era extremandamente largo.

Mire mis manos y de nuevo sentía el rio, sentía que podía manipularlo como quisiera, de eso estaba seguro.

Percibí una presencia en una de mis orillas más tranquilas, comencé a sentir gusto a sangre. De solo pensarlo estaba allí, escondido entre los juncos en mi otra forma.

Una mujer estaba siendo asechada por dos hombres con navajas.

-Tu geisha maldita, eres espía del clan Kiminari, ya habla maldita.

La mujer no decía nada estaba parada en posición de lucha y parecía dispuesta a desenfundar una katana que no podía ver desde este angulo.

-Sucio perro traidor... pagaras por haber traicionado a mi padre y el nombre de mi clan.

El hombre se rio, mirando a su compañero, el cual estaba aterrado.

-Eh que pasa Saito? Que no tienes sentido del humor? Mira lo que acaba de decir esta perr...

La mujer desenvaino la katana y en un solo movimiento separo la cabeza del hombre de su cuerpo. Con gracia la guardo, tomo la cabeza de aquel tipo levantándola del suelo y se la entrego a su acompañante.

-Ve a tu clan, y diles lo que ha pasado aquí. Ni una palabra de quien soy o si no considérate muerto. Si es que sales vivo de allí ven a verme a mi casa y te hare mi sirviente eres un perro inteligente, sabes a quien temer.

El hombre hizo una reverencia y se fue corriendo despavorido, con la cabeza en la mano.

La geisha comenzó a caminar a la vera del rio, abandonando el cuerpo decapitado del hombre, camino unos trescientos metros, hasta encontrar aguas claras y quietas, yo seguía espiándola.

Comenzó a desvestirse – ah ya veo tomara un baño para quitarse el olor a sangre – pensé. Esta mujer era una asesina. Dentro de su obi tenia guardado otra capa, para cambiarse luego de haberlo matado, ella fue específicamente a matar a ese hombre, y luego cambiarse la capa así no se notaria su crimen.

Fue dejando colgado todas sus prendas poco a poco, la ropa interior de lino fino dejaba ver algo debajo de ella, la dejo caer en la hierba y entro al agua. Mire totalmente asombrado, esto era raro en una geisha. Su espalda y brazos estaban cubiertos con un tatuaje hasta encima de los codos, un dragón rodeado de olas flores y petaos de cerezo. Quien es esta bella mujer? Quería ver su rostro, ella si quisiera no podría hacer nada contra mí.

Salí de mi escondite adoptando forma humana, caminando sobre las piedras que hacían un puente hasta la orilla donde ella se encontraba. Ella se percato de mi presencia al instante.

-Cual es tu nombre?- le pregunte descaradamente. Se limito a esconder su cara, no su cuerpo lo cual me extraño.

-Lo siento mi señor, pero no puedo revelárselo en este momento.- vocifero. Era una mujer inteligente, se había dado cuenta inmediatamente que no era humano.

-Oh... es una lástima. Yo soy Nishiagami Kohaku. El espíritu de este rio. Vi como asesinaste a ese hombre a sangre fría. – me acerque más a ella, podía ver su pecho, y más de cerca su tatuaje. Moví la mano, haciendo que las aguas se calmaran más de lo que estaban, y dirigí el viento hacia un árbol seco. Sus hojas rojas cayeron al agua, cubriendo mi visión del cuerpo de la geisha, no era justo mirarla estando ella desnuda y yo no.

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⏰ Última actualización: Aug 27, 2020 ⏰

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El viaje de Kohaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora