Atracción.

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Chijiro me había enseñando a usar la cocina que ellos tenían, y a preparar las cosas de la forma que a ella le gustaba, por eso las cosas de la casa como cocinar y limpiar las quería hacer yo. Además ella se la pasaba encerrada en el atelier, yo en el jardín. Hoy era domingo, me dijo que íbamos a ir a comprar ropa. La verdad es que estoy a gusto con esta ropa que ella me dio, pero creo que debería ajustarme a las circunstancias, por lo menos cuando estuviese fuera de esta casa. Era la primera vez que iba a ver humanos que no fuesen ella, estaba un poco nervioso.

Eran las siete de la mañana y todavía estaba oscuro, últimamente disfrutaba de mirar el jardín y el cielo en las mañanas. Me levante de la galería y me fui hacia la cocina a preparar el desayuno antes que ella se levantara.

-Waaahh... que es ese ruidooo – dijo desde el pasillo mientras se aproximaba.

-Oh, justo a tiempo - Dije mientras ponía la bandeja con comida en la mesa. Su cara se ilumino porque nunca comía un desayuno así en las mañanas. Había hecho arroz, sopa de miso y tofu, pescado, tamagoyaki y natto.

-Kohaku, haz mejorado - dijo mientras se sentaba y tomaba los palillos sin dejar de mirar la comida. – el lunes no sabias como prender una hornalla y ahora sales con esto... eres una caja de sorpresas.

-Jaja.. es lo menos que puedo hacer, estas siendo muy amable conmigo. Además me siento un poco culpable porque vas a comprarme ropa, es un poco vergonzoso.

-Es que no tengo problema con eso! Además arreglaste todo el jardín, y reparaste lagotera que tenía el techo, no es nada. – dijo mientras comenzaba a comer.

-Chijiro...

- Si?

-El natto... no lo vas a comer?

Me dedico una mirada silenciosa entre puchero y perrito mojado.

-No me guuustaaa...

-Bueno dámelo a mi – dije tomando el plato mientras ella me miraba asqueada.

Ella siguió comiendo... los primeros dos días se había moderado con sus modales, pero ahora... bueno comía muy rápido. – le va a caer mal- pensé mientras la miraba. La parte de debajo de sus uñas de alguna manera siempre estaban manchadas de pintura, y sus dedos resecos por el solvente que utilizaba. Pintaba al oleo , lo sabía porque sentí el olor a pintura en ella cuando me enseño a usar la cocina. Pero su olor, su olor característico, era como madera se sándalo, cálido y torpemente atractivo. su cabello aun desordenado se enredaba en el botón del piyama, no se había daño cuenta, porque al tenerlo tan largo todavía no lo había sentido.

Estire mi mano suavemente y le desenganche el cabello. Me miro un poco ruborizada.

-Gracias- dijo sonriendo.

-De nada.

Chijiro insistió en lavar los platos, asique yo entre al baño. Los baños del mundo humano tenían todo el sentido del mundo, y eran muy muy prácticos e higiénicos.

Además ella me regalo una navaja con la cual no te cortas cuando te afeitas, y también un jabón para el pelo que se llama "champo". Lo que no me gustaba era el secador de pelo era muy molesto para mí y no sabía bien como usarlo asique Chijiro casi siempre me lo secaba.

Abro la puerta del baño mientras me lo secaba.

-Te ayudo?- dijo mientras se asomaba.

-Si quieres... - le dije mientras miraba al secador.

Me senté en el banco que tenía en el baño donde ponía las toallas mientras las sostenía en la falda. Podía verla reflejada en el espejo secando mi pelo, desenrredandolo al mismo tiempo. Ella también secaba el suyo pero tardaba un montón, era muy largo. A veces la miraba y me perdía en ella, quería mirarla por siempre porque a veces esto se sentía como un sueño, los pocos días que he estado con ella hemos entablado una amistad. Charlamos siempre que ella llega de la universidad, no charlamos de algo en especial, me ha contado sobre sus padres y su niñez, y he descubierto que definitivamente se ha olvidado de que nos conocíamos de antes porque no ha mencionado nada sobre el mundo de donde provengo.

El viaje de Kohaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora