Unexma - Alma sin Alma /Cap. 17

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Unexma - Alma sin alma ©

CAPÍTULO 17

...Yo la miraba con mucho miedo, me di vuelta y corrí hacia la puerta, puse la llave, entré y cerré la puerta con llave nuevamente, para que ella no entrara. Después subí corriendo las escaleras y llegué a mi habitación y le puse pestillo. Mis padres dormían profundamente. Unexma podría estar haciendo lo que quisiera conmigo, pero ellos; ¡bien gracias! -comienzo a creer que nunca me creyeron lo de Unexma. <<Todo ésto es por su culpa>> -pensé.
Estaba muy aterrada. No quería ni siquiera mirar por la ventana. Lloré como nunca lo había hecho, tenía rabia, pena, miedo, impotencia; sentí ganas de bajar, ir a la cocina, tomar un cuchillo -el más grande y más filoso -, dirigirme a la habitación de mis padres; entrar sigilosamente y degollarlos mientras dormían. ¿Antonella, qué mierda te pasa?, ¡reacciona! -escuché. Di un sobresalto y abrí los ojos, estaba sudada completamente, mi respiración bastante agitada y estaba muy cansada. Claramente volví a tener una pesadilla con Unexma y con Marcos. Bueno, que Marcos, con su forma de ser de galán de novelas, ya es una pesadilla.
-Mejor tomo un poco de agua y sigo durmiendo. Pero antes, chequeo de teléfono; lo que pensaba... nada.
Ya, filo con Marcos, Unexma, mis padres; todo el mundo. Ahora solo quiero dormir.

Me acosté nuevamente y me tapé entera. Hacía mucho frío esa noche. Sentía el viento chillar y la ventana vibrar. Ya ni el viento, me dejaba en paz. No importa, aunque sea veinte minutos, pero igual voy a dormir. Total, mañana saldré de viaje con mis padres y podré dormir durante todo el viaje -y pensando así, me quedé dormida.

Por la mañana, mi papá me despertó, pues ya era hora de levantarse y siento mi cabeza abombada y me duelen las piernas. Cómo no iba a sentirme así, si no dormí nada y por si fuera poco, el tremendo frío que hizo, me congeló las piernas y ahora me duelen. Me fui al baño, me duché para reanimar mi cuerpo que no valía ni medio centavo, salí del baño y me puse mi ropa en modo autómata. Golpearon mi puerta y era mi papá nuevamente, venía a buscar mi maleta y me dijo que bajara rápido, pues el taxi ya estaba por llegar, le dije que ya estaba lista -lista para seguir durmiendo - Bajamos las escaleras, mi mamá estaba esperándonos, y el taxi ya había llegado. Salimos de la casa y vimos un alboroto de gente a tres cuadras más abajo, se veía la policía, los bomberos y una ambulancia y los vecinos que estaban parados ahí mirando que pasaba:

-¿Qué habrá pasado Alfonso? -preguntó mamá.

-Ni idea Florencia. Pero no tenemos tiempo de ir a averiguar que pasó. Ya tenemos que ir al aeropuerto o perderemos el vuelo -replicó papá.

-A lo mejor atropellaron a alguien o chocó un auto. ¿Usted no sabe nada? -preguntó mi mamá, al chófer del taxi.
-No sé nada señora, yo hace poco que entré al turno y me vengo enterando recién; igual que ustedes -si quieren, cambio la música y pongo noticias.
-No es necesario, ya después lo sabremos. Estaban las señoras más entrometidas del barrio, así que tarde o temprano acabaremos sabiéndolo igual -interrumpió papá.
-Anto, tú saliste ayer y no te sentimos llegar. ¿No viste nada, hija? -insistió en averiguar mi mamá.
-En la noche cuando llegué, no vi nada malo. Recuerdo que tenía mucho frío y me acosté enseguida. De ahí, dormí como un lirón -respondí -mentí para terminar con el interrogatorio. Porque la verdad, no me acuerdo ni siquiera cómo llegué.

-Puede ser entonces que no sea nada. No sé, algún ejercicio de tipo operación Daisy o algo así, hija. Bueno, no pensemos más en nada que no sea disfrutar las vacaciones -pidió papá.

Así que el taxi se fue por la otra esquina, ya que por ahí no podíamos pasar. Camino al aeropuerto me acordé que Brenda no me ha llamado, y yo quería contarle que salí con Marcos nuevamente. Y como dice el refrán "acordándome de la reina de Roma y ella que se asoma". Justo me está llamando al celular mi amiga, así que Brenda, me hizo el viaje más ameno al aeropuerto. Lo malo es que cuando llegamos, le tuve que cortar por orden de mi papá.

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