18 - El Caído de 10 Alas

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Hace una semana atrás, en las heladas montañas de Finlandia, una joven caminaba entre la nieve mientras vestía una blanca túnica con adornos religiosos, gracias a la blanca nieve la chica apenas se podía divisar si ponías mucha atención al observar. Sin importar la empinada montaña o el molesto viento frío en su rostro, ella caminaba mientras tarareaba alegremente una canción.

Cualquiera que la vea se sorprendería por lo extraña de la situación, ella parecía estar jugando a hacer equilibrio mientras avanzaba, marcando fuertemente sus pisadas o hundiendo sus botas en la nieve. La joven caminó hasta ver a lo lejos una casa de lujo, similar a la que alguna persona con mucho dinero usaría como casa de vacaciones si deseara esquiar. Sonrió al verla, era el lugar que buscaba, tomó aire con intensidad y comenzó a correr hacia allí mientras reía divertida

-Hyvää huomenta- Dijo ella mientras abría la puerta de la lujosa residencia, usando su pie como llave maestra, la chica tenía sus dos manos preparadas, en una cargando un revolver de cañón largo, mientras en la otra sostenía lo que parecía ser el mango de una espada sin la hoja -Hum- Dijo ella relajando su postura al ver qué no había nadie a su vista, tampoco oía alguien cerca, aún así la casa era grande, por lo que debía recorrerla si quería buscar a su objetivo

-Que abuuuurrido~, no hay nadie aquí- Dijo ella decepcionada, todo el lugar estaba oscuro siendo solo iluminado por luz natural que entraba por las ventanas. Era un ambiente completamente gris y lleno de polvo, miró a su alrededor, parecía que todo había sido abandonado hace tiempo

Ella comenzó a buscar algo en su túnica, movía la prenda de lado a lado con molestía, parecía que no encontrará el bolsillo dónde había guardado el papel con la dirección a la que debería ir. Molesta se quitó la túnica mientras buscaba con furia el papel, acabando por arrojarla molesta luego de hallarlo

-¿Hm?- Ella leyó nuevamente la dirección a la que había sido enviada para subyugar a un renegado que había secuestrado personas las últimas semanas -Se supone que es aquí... ¿Pero dónde está?-

[PRUM]

De repente oyó algo o a alguien moviéndose en los pisos superiores, ella sonrió con malicia y tomó sus armas de nuevo. Corrió con velocidad hacia la escalera, logrando llegar al segundo piso, moviéndose entre las esquinas para ser sigilosa

-Okey- dijo ella mientras revisaba su vestimenta y armamento. Ella usaba el leotardo que las guerreras de la iglesia vestían para luchar contra demonios renegados, con la diferencia que usaba pantalones de vestir cortos negros que apenas llegaban a sus muslos, botas de motociclistas y una chaqueta negra. Preparó su arma para disparar ante cualquier amenaza -¡Let's Rock!-

Ella pateó la puerta para entrar a la habitación apuntando con su revolver, mientras apoyaba el arma con su otra mano, con la que sostenía el mango de la espada como si fuera un cuchillo militar

-¡Quieto ahí, Demonio! ¡Si te mueves...! ¡¡BANG!! ¡¡BANG!!- Gritó de una manera agresiva mientras hacía un rostro intimidante, que gracias a su estatura, voz y naturaleza, no pudo evitar verse muy tierna y adorable -¿Eh?- Se detuvo al ver a la persona dentro, su cara cambió al rostro que pondría un gatito sorprendido -¿Aniki?-

Frente a ella, sentado en una silla de oficina, Freed Sellzen, sacerdote demente, humano artificial y hermano mayor, de nombre, de la misma Lint. Saludo de manera relajada y descortés

-Oi ¿Cómo has estado, renacuajo?- Dijo el sacerdote mientras se ponía de pie -Veo que sigues siendo mandada sola a hacer las misiones- dijo caminando un par de pasos con sus manos dentro de su sacó

-¿Qué...? ¿Qué estás haciendo aquí?- La chica sabía que su hermano mayor había cometido muchos errores que hicieron que lo expulsaran de la iglesia, por lo que sabía que debía actuar con cautela. Ella no fue muy apegada a sus "hermanos" por lo que no reaccionó ante esa noticia, pero si le resultaba extraño el encontrarlo de está forma, por no mencionar el horrible presentimiento que tenía gracias a eso

El Dragón de Ojos Dorados - Vol 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora