Capítulo 6

8.5K 909 188
                                    

El tiempo pasó tan rápido que ya estaban en el último año de High School. Años atrás, las vecinas se habían acercado dejando atrás las travesuras de niñas pequeñas. Su círculo de amigos se unió cuando Nia cayó en la misma clase con Sam y Lena en el primer año, haciendo que esta vez Kara y Lena compartieran más palabras amables. Aunque a veces había alguna trastada que otra, ahora se mimaban más que antes como, por ejemplo:

Acompañarse para comprar cuando sus madres no podían junto a sus amigos; quedar juntas con sus amigos para una película o para ir al lago o simplemente para ir cenar; la rubia ayudaba a Lillian y viceversa; Lena le echaba un cable cada vez que la madre de Kara se lo pedía o simplemente quedaban para estudiar juntas con sus amigos en la biblioteca para los futuros exámenes. Siempre con amigos.

El beso jamás fue mencionado y quedó atrás como un mísero recuerdo. Evidentemente, James y Lena lo dejaron después de lo sucedido, pero en el primer año de instituto conoció a Jack Spheer, actual pareja y capitán del fútbol americano juvenil. Kara siguió con Mike, que era el ojito derecho de Jack. A veces salían los cuatro, pero raras veces pasaba: Lena siempre estudiaba y Kara siempre entrenaba al igual que los chicos. Y en verano Kara siempre se iba a National City para pasarlo junto a su familia y no veía a Lena hasta los últimos días de verano.

Lo que ambas echaban más de menos eran a sus hermanos; se mudaron cada uno a su respectiva ciudad para continuar sus estudios en la universidad. Lex entró en la universidad de Metrópolis en Negocios y Administración de Empresas como era de esperar. Su media subió y muchas empresas le tenían echado el ojo aun siendo tan joven, pero es que el chico no pasaba desapercibido cuando iba de excursiones ya que su padre era conocido. Además, tenía una gran labia.

En cuanto Alex, se preparó física y académicamente hasta cumplir los veintiún años para entrar en la academia de policía. Llevaba pocos meses, pero en esos pocos parecía que ya había superado su maestro. Los pocos tests que hizo superaron la media de antiguos compañeros. Era una fiera en general.

Era difícil mirar las habitaciones vacías o no verlos por la ventana cotilleando las interacciones de ambas chicas.

La idea infantil de la rubia de estar en todas las clases con su vecina desapareció en la primera semana. Al final Kara se decidió por el deporte para sacarse una beca deportiva como su padre le había aconsejado al principio y, aunque no era experta en tiro con arco, era la mejor de todas las animadoras.

No aguantó la primera semana en marketing. Lena, en cambio, finalmente apostó por economía y finanzas; quería seguir los pasos de su hermano o al igual que su padre. Peor se lo ponía a Kara. Sin embargo, compartían otras clases juntas junto a Nia y Sam.

Lena era reconocida como la empollona o nerd, pero nadie se burlaba de ella. Era un apodo de cariño ya que estaba por encima de la media del instituto. Kara, por otro lado, era proclamada como la tía más sexy y bonita de todas. Pegó el estirón, su cutis lucía perfecto y todos decían que tenía la sonrisa más bonita de todas. Vaya, así como la más popular entre las chicas, además de ser la capitana de las animadoras.

.

Mientras todas las animadoras corrían alrededor de la pista con el pequeño atardecer, Kara estaba estirando. Se sentía un poco fatigada y no tenía ganas de esforzarse en lo más mínimo. Dejó la pierna encima del banquillo para estirar y apoyó su cabeza sobre la pierna, pensando en las próximas coreografías que harían en un futuro.

—Serás vaga.

Esa voz familiar interrumpió los pensamientos de Kara, haciendo que alzara la cabeza. Lena estaba de pie apoyada en la valla metálica de las gradas, mirando sin parpadear a la rubia con una sonrisa vacilante. Antes de cambiarse en el vestuario le pidió el favor que le trajera algo de vitamina ya que se sentía con mal cuerpo. Alzó el zumo de naranja y Kara sonrió de inmediato.

Vecinas incontrolables | SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora