One-shots BNHA SHIPS

Perdido

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Denki Kaminari. Un joven excéntrico y escandaloso. Un chico amigable y atrayente.

Aunque para su mala suerte todo aquello que tenía de atrayente y brillante lo tenía de malas notas.

Porque si, no era un buen estudiante. No es que no quisiera serlo, enserio lo intentaba, pero hacer cosas con amigos y salir de fiesta parecía mucho más interesante...

Claro que se preocupaba por sus notas, al igual que sus padres se preocupaban por su desempeño académico, estaba a punto de entrar a la universidad y sus notas no ayudaban. Aunque realmente no podían decirle "mientras vivas bajo mi techo seguirás mis reglas" puesto que el chico había dejado su casa desde que tenía 16 años para vivir con sus mejores amigos.

Sus padres estaban dispuesto a pagar su universidad, no tenían problema alguno con ello, aunque pusieron una condición. Debía sacar buenas notas en la carrera que eligiese.

No era tan difícil para el elegir una carrera. Estaba demasiado claro. Estudiaría fotografía. Si era un desastre en matemáticas y literatura , pero si algo sabía hacer bien era tomar fotografías.

Así que ahí estaba ,con su cámara colgando del cuello, una carpeta llena de fotografías que el mismo había tomado, y listo para presentar su trabajo y ser admitido en la universidad.

—¡Lo harás bien kiribro!

—¡Deja de hacer tanto maldito escándalo pelos de mierda!

Y ese chico que acababa de lanzar maldiciones al aire era Bakugo Katsuki, un rubio de ojos rubíes. El otro muchacho con el pelo tan rojo como el fuego a lado suyo era Kirishima Eijiro.

Si, ambos eran como el agua y el aceite, totalmente distintos. Mientras Eijiro era sociable, amable, sonriente y optimista, Bakugo era muy poco discreto, era gruñón, algo antisocial y solía lanzar maldiciones al aire en cada oración que salía de sus finos labios.

Claro que cada uno tenía sus cosas buenas y malas. Por ejemplo Katsuki era muy inteligente, sus notas siempre estaban por encima de la de los demás. Un genio auténtico en matemáticas y física. Un excelente cocinero que amaba hacer platillos picantes.

Mientras que Kirishima era un desastre en la gastronomía (el pelirrojo a penas sabía hervir agua para café) en la escuela dejaba mucho que desear. Era amigable y positivo e intentaba dar todo de sí a la hora de hacer cualquier cosa. Era extremadamente olvidadizo y poco puntual.

Ambos eran increíbles amigos con los que Kaminari sabía que contaba...bueno eso casi siempre, porque si de hacer algo "estúpido" o vergonzoso se trataba, el rubio se mantenía lejos, muy lejos.

—Bien.

Suspiro y se dirijo a lo que según sus padres sería su nueva vida.

En su entrevista estaba más que nervioso. Parecía un pequeño chihuahua, sin embargo le fue muy bien e inclusive logró ingresar como uno de los mejores hasta ahora, según el hombre que le hizo la entrevista.

Estaba más que feliz por la noticia. Nada podría arruinar si humor.

O eso era lo que el creía ya que una vez que llegó a casa se encontró con una... ¿Desagradable? Sorpresa.

No. Realmente no podría decir eso, ya que sus amigos lo habían encontrado más de una vez en la sala del departamento enrollándose con algún chico o chica al azar después de una noche de copas.

Más bien era extraño. Porque ver a sus mejores amigos, Eijiro encima de Katsuki,(el cual estaba sin camisa), besándose como si su vida dependiese de ello era extraño.