II

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I bet you never had it like this


Jin Ling ahogó un gemido sofocado, sus labios llenos, estirados sobre la polla de ZiZhen, cerrando los ojos un momento para poder sentirse anclado, corpóreo, para evitar consumirse en el calor abrasador que amenazaba con quemarlo entero. ZiZhen dijo algo, algo, un siseo bajo que bien pudo haber sido un suspiro o un jadeo de placer, aturdido por el movimiento de su garganta al vibrar, pero Jin Ling realmente no lo oyó, no distinguió nada, más allá de las chispas estallando en la parte de atrás de sus párpados como fuegos artificiales.

Respiró por la nariz, trayendo un poco de juicio al centro de su mente, concentrándose en subir y bajar la cabeza, en deslizar la boca en la longitud gruesa acunada entre sus labios, pero era tan difícil. Los dedos de SiZhui se sentían como brasas, clavados en su cadera, empujando profunda, acompasadamente, golpeando cada dos veces ese punto donde todo se volvía transparente, volátil, bailando en esa fina, delgadísima línea donde era casi demasiado, donde casi podía rozar el clímax con las manos, pero sin tocarlo del todo. Era una auténtica tortura.

Alguien le jaló cabello, no supo si fue ZiZhen o SiZhui, pero el tirón en su cuero cabelludo hizo que su mente se volviera pastosa, inútil. Lloriqueó alrededor del falo, chupando la sensible cabeza en sus labios abultados, lamiendo la hendidura con la punta de la lengua, ansioso por más de ese sabor agudo del pre semen en su boca.

—A-Yuan —un suspiro, un murmullo—. A-Yuan, estás tan apretado.

La voz de JingYi sonaba rota, estrangulada. Jin Ling apenas pudo diferenciarla por encima del pitido de sus tímpanos, por encima del placer que lo abrumaba y lo arrastraba como olas. SiZhui gimió en voz alta, con la boca abierta, sus dedos enterrándose con tanta fuerza que supo que más tarde tendría hematomas morados. Su verga golpeteó duramente su próstata, follándolo como un eco de los embistes de JingYi sobre él, una cadena de eslabones que no hacía más que estirarse y estirarse, lista para romperse en cualquier momento. Sorbió suavemente las gotas aperladas de pre semen, fluyendo sobre el prepucio de ZiZhen, pasando la lengua arriba y debajo de su polla, dejando besos húmedos y lentos sobre la gruesa vena palpitante.

—LingLing, me estás matando.

Jin Ling sopló, su aliento caliente derramándose en la carne sobreexcitada de ZiZhen, arrancándole un gruñido desesperado. SiZhui también gruñó, girando su pelvis, reacomodando el ángulo de sus choques, amoldándolos a los de JingYi. Se sentía tan lleno, tan abrumadoramente rebosado; el placer se desbordaba de su piel, casi líquido, como lava. Descansó la mejilla en la cadera de ZiZhen, masajeando rítmicamente su falo, jadeando pequeñas bocanadas de aire. Era como si JingYi lo estuviera follando a través de SiZhui, como si fueran una sola cosa, una sola persona.

—A-Yuan —ZiZhen deslizó los dedos por las esquinas de su rostro, delineando su nariz, su mejilla, sus labios. Acarició su cabello empapado en sudor, apartando la otra mano que ahí se apretada, revelándole que fue SiZhui quien casi le arranca el cuero cabelludo—, toma la verga de LingLing, no dejes que se corra.

Unos dedos suaves, callosos en las yemas, se quitaron de la piel irritada de sus caderas y se enredaron en su erección, sin moverse, solo apretándole la punta, evitando que eyaculara. Jin Ling sollozó, tragándose la polla de ZiZhen para sofocar su chillido, amamantándose en ella. Lo chupó lentamente, de la única manera en que podía, amando la manera en que estiraba su boca, en que pesaba sobre su lengua. SiZhui siguió follando, tomándolo al mismo ritmo que JingYi lo tomaba a él, profundo y continuo, llenándolo perfectamente.

Jin Ling sintió el sudor corriéndole por las sienes, su visión desdibujándose en los bordes, ardiendo en el centro. El placer era como una bola de fuego ardiendo, enterrada profundamente en su pecho, dispersándose por sus extremidades, anidando en su ingle. La mano de SiZhui, sosteniendo su pene mientras lo empalaba, era la única cosa impidiendo que se corriera, sosteniéndolo en el borde, encerrándolo en esa trampa líquida y fluida que era su propio cuerpo.

《MDZS》 My baby do like itDonde viven las historias. Descúbrelo ahora