El hombre que me gusta Cap 12. Chantaje Sexual

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El día de hoy se tornó una ruta helada y demasiado larga...una de las llantas de mi bicicleta se desinfló, desistiendo de ella el día de hoy sin poder transportarme hasta el colegio de la forma en la que estoy acostumbrado. Con maleta al hombro, mi saco de capucha y una gorra negra de para atrás para variar. Digamos que, cuando exhalo, sale aliento bastante gélido por los bajos grados de temperatura de la madrugada, en la que estoy deambulando para llegar al colegio...un comienzo oscuro y sin un aliento a estas dichosas horas.

No pude pasarle música a mi celular por haberme quedado dormido y estoy agotadísimo de que estas desgracias pasen. Gracias a la prohibición de mi madre de muchas cosas, ha causado en mí, un revolcón emocional de no querer hacer nada. Sin la consola de videojuegos, el computador, sin redes sociales y ninguna otra cosa que me llene inmensamente de emoción por una semana... una puta y larga semana, pero ya qué. Solo faltan pocos días para que pueda acabar el castigo que ando sobrellevando por la cagada que hice. Al volver demacrado y con una resaca asquerosamente inevitable, pasó fue que-

ፀኤህገፀ /-/ David y Diego /-/ ፀገቹፎዑ

-Buenas...

Entro a mi casa y con el genio caldeado de mi madre, surge de la cocina como si el gigante hombre verde la hubiera poseído sin precipitarse a convertirse en King Kong y sin llegar a ser verde.

-¡Héctor! ¡Llévese a Toño para su cuarto y viene después para acá ¡que tenemos que hablar con este irresponsable!

-Ma...ahora no tengo ganas de habla-

-¡ah no! ¿¡Ah no quiere hablar el señor!? ¡Bien!

Sarcástica con rabia, grita eufórica mi madre. Me agarra de un brazo pellizcando mi piel sin llegar a fastidiarme tanto por mi chaqueta, con su furia es incandescente. Me siento en la silla del comedor a punto de llegar a lo que se viene, porque las chispas maternas están a punto de caerme encima y no sé si vaya a sobrevivir a este atentado.

-¿Por qué no me llamo David Alejandro ¿ah? ¡Porque no me llamo grandísimo pendejo! – dándome una palmada - ¿ah?

-mami discúlpeme por favor ¿sí? No volverá a-

-¿perdonarlo? ¡No! ¿usted cree que por lo que hizo merece que lo perdone?

...

No la miro porque ando en inspector detallando la basura del suelo sin ver sus ojos iracundos a lo que acabo de causar por inseguirdad, tampoco pretendo que vea mis vistas rojas y 'resacudas' de tanto tomar. Mi papá baja por las escaleras suspirando con desolación por verme en este estado y eso que él fue me dio el permiso.

-Mijo...perdón por decírselo, pero...la confianza que le dimos la aprovechó de una forma muy descarada. Menos mal estaba con su amiga, imagínese el problemón ahí vagando en la calle prendido sin saber dónde está para que lo roben y le hagan algo – advierte sentándose a mi lado sin verlo tampoco – hijo, en algún momento es bueno disfrutar, pero hay que tener moderación.

-¡no! es que esa niña ¡es un ángel de Dios! Ella tuvo la decencia de llamarme y de avisarme que ¡mi hijo estaba borracho desmayado en la mesa de un bar! ¡Esto es el colmo David! ¡Es el colmo!

Insinúa mi responsabilidad sin calmarse mi matrona...el sermón de rabia me lo merezco, sí. con todos los regaños paternales me quedaré ahí a escuchar mi madre con todo el tesón que me caracteriza y de seguir aguantando todas esas balas, solo que mi mente haga cierta retrospectiva por la cagada que hice. Karen se lleva todas las flores sin ella haber hecho todo el esfuerzo sobrehumano que hizo su novio conmigo y yo como siempre, llevándome toda la mierda en la cara...solo falta que me orine un perro. El arrepentimiento es lo que me sacia de dolencia por lo que le hice a mi mejor amiga y sobre todo a mi novio, a la persona más dispuesta de todos los seres que conozco logrando todo. a lo que acabo de borrar con el codo, cuando lo hice magníficamente con la mano...merezco todo esto indefinidamente.

David y Diego 'El Hombre que me Gusta'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora