-Te amo David...te extrañe bastante
Este abrazo tan cálido, como para residir ahí mismo por eternidades. La sensibilidad no puede ser más evidente y ver cómo me toma con cariño al ver que...lloriqueo por dentro como una niña ingenua que no sabe a dónde va. Por la helada de la calle lleva su saco rojo de capucha con sus dos tiras negras delanteras en frente. Sudadera negra, con los zapatos amarillos de ciclismo para deporte los que siempre utiliza al ejercitarse...sus pulgares aíslan las lágrimas de mi cara. Su manera al ser tan humano conmigo se tornó a preocupación evidente.
-¿porque estás llorando bebé?
-no nada Diego...solo, necesitaba esto.
-David... ¿Qué te pasó en la cara? – espantado detalla mi cachete algo inflamado, ni siquiera vi como era de intenso el golpe del idiota de Gonzalez. – quien te pe-
-ehmm, no nada tranquilo. Javi y yo jugando brusco mientras hacíamos el trabajo ese en parejas. ya sabes cómo somos ambos, el también recibió lo suyo hahaha
empiezo con mi complejo de mentiras impulsivas ¡carajo ya no más! Aparte de que Javi jamás recibiría un golpetazo mío, de él tal vez
-¿seguro? – expresando dudosamente – si alguien te pegó puedes ha-
-Diego, no fue nada. Este...todo está bien...aunque quiero saber ¿Qué haces por aquí? y de noche, que es algo peligroso a esta hora... - de la cabeza se infla un globo de esos de pensamiento reventando en mi boca para sacarme de dudas – no me molesta que estés. de hecho, me ayudas en este momento
-pues yo este...fue por esto
Del canguro de su saco saca un cofrecito pequeño de terciopelo rojo. Sus dos manos abren el anhelado resguardo de tesoros diminutos. Un anillo, de oro con incrustaciones de joyas en toda la mitad decorando el diamante pequeño pero dotado de hermosura a la vista en toda la mitad de la sortija dorada. Es hermoso. Pero no entiendo, no se está agachando. Será que-
-¿Es para mí Diego? Pero ¡no debiste! Esto debe de costar unos-
-¿Cómo? No David hahaha podría regalártelo así de mil amores pero, la razón de por qué estoy aquí, es que estaba por la joyería del centro comercial la vez que salimos ¿te acuerdas? mi mamá se lo dará a una de mis primas porque pronto se casará. Estaba haciendo ejercicio, trotando por esos lares...fue que me llamó para comprárselo. Se lo cargue a su cuenta para que lo pague cuando pueda y creo que tengo oro en mis manos en este momento.
-literal hahaha tu discúlpame, es que a veces soy un completo ingenuo con las cosas que me pasan alrededor – como un idiota sin mente rasco mi lóbulo occipital despeinando mi pelo por detrás. Era obvio que eso no era para mí, si lo fuera lo pongo en un altar y lo venero por siempre, mucho más ahora.
-y pues caminando por acá quería hacerte la visita, pero como no estabas cuando pasé por acá a eso de las 7 y algo, te llamé y fue coincidencia todo porque acá te tengo tontuelo despistado
Odio mi vida en este momento...y pensar que luego su cara ya no será la misma luego de que-
-gracias por visitarme Diego, me hiciste mucha falta de verdad...
-y tú a mi David. Ven
Nuevamente nos acercamos para estar juntos compartiendo el calor humano de nuestros cuerpos. No, no abandonaré lo mejor que hay en mi vida por un iluso pendejo sin persuasión. Siento plena confianza al percibir ese olorcito corporal de Diego y todo lo malo se va por la borda, me siento a gusto, me siento pleno. Mi corazón se calma por su incomparable esencia. El rostro se eriza al hacer fricción con su felpa roja forjando contacto mi frente con su cuello. Nada que el tiempo hace de las suyas al detenerse sin surgir los nuevos minutos, segundos, milisegundos y nanosegundos al tocarnos y juntar todo ese amor como siempre lo hemos hecho. La verdad, no quiero que lo que tenemos se marche. Quiero que perdure, que no se vaya.
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David y Diego 'El Hombre que me Gusta'
Novela JuvenilDavid Mantilla empieza su último grado escolar y por fortuna le toca nuevamente con sus amigos de toda la vida. lo que no sabe es que poco a poco descubrirá al chico que tanto lo vuelve loco. Con el transcurso del tiempo se sabrá si David logará el...