David y Diego 'El Hombre que me Gusta'

El hombre que me gusta Cap. 16 El chico de la escolarización

Y bien, el día no resultó como esperaba. Salió bastante soleado, demasiado caluroso y quería que al menos hubiera un día frío en esta semana, algo lluvioso o mojado pero nada. Ni me pude concentrar en el examen de trigonometría. Lastimosamente el sofoco que hace no ayuda y tres ventiladores no dan para que pueda refrescar aproximadamente a 35 estudiantes muertos del calor. Algunos con agitación sacudiéndose el uniforme para darse aire. Otros abriendo las ventanas para que entre algo de viento y al menos tomar agua de nuestros termos mientras. Todos estamos devastados por el calor tan fuerte que hace.

Distingo que mis amigos están en lo suyo mirando cómo se solucionan las respuestas que colocaron en el examen. las chicas andan preocupadas por el desastre que les deja el pelo esponjado la oleada y mi chico solo sonríe tomando algo de agua de su botella deportiva hablando con una de las chicas. ¿Qué impresión me deja todo esto? Que debo hacer que Diego sude más porque ver esas axilas transpiradas porque lograron que me prendiera y de qué manera. Debo buscar mi termo de agua también a ver si me refresco con algo.

-muchachos, los resultados de los exámenes se los doy el jueves que tenemos nueva clase. Se organizan para las notas de este fin al segundo periodo porque ya comenzamos con el tercero y de una sacamos nuevo tema

El profe de matemáticas se lleva los exámenes luego de finalizar con semejante prueba tan estresante. Solo quiero irme a mi casa y menos mal es el final de la jornada... cada uno de nosotros está exhausto de este infierno caluroso sin dejar de pensar en ello. No sé si Diego quiera venir conmigo hoy en la ruta con nuestras bicicletas. Voy ahora mismo es por el pasillo con los compinches

-¡Brocitos! Les teng-

-esa palabra no te sale Juancar – Javi al levantar su mochila – te he dicho varias veces que eso suena más a comida chatarra en paquete ruidoso

-bueno ¡ahora me convidas de eso mijo! por ahora quiero contarles el chisme que me dieron de dar antes del examen de trigo

-¿y ahora que te dijeron? ¿Por fin encontraron tu dichoso cerebro que se desapareció en un buen tiempo? – Marco me hizo reír. Tuve que contenerme y Juancar le da su merecido puño – ouch, valió la pena el sacrificio haha

-Escuchen trío de nenas – acercándonos todos como si fuéramos a hacer una ronda de esos que planean las estrategias de fútbol americano – me contaron que hay un espacio secreto donde algunos estudiantes están cogiendo

-¿como? Pero que- Javi se sorprende, igual que Marco y yo atento escuchando – ¿quién te lo contó?

-me lo contó Daniel. Como el tipo se la pasa cogiendo hay un espacio en el parqueadero interno para los profesores. – ¿Daniel? No me sorprende - Hay un cuarto útil que no está a la vista y que algunos guardas pasan desapercibidamente. Ya algunos han estado ahí

-¿y es seguro? Digo ¿no han atrapado a nadie por ahí? – dice Marco

-la verdad no, porque ha sido en horas de clase. Pero para llegar allá y disfrutar Dios...¿se imaginan? Yo lo voy a intentar haha

-¿y en que parte es? – pregunto curioso

-¿que no escuchas bien David? – Marco me da un golpe en la cabeza – ¡en el interno de los parqueaderos! ¿Dónde anda tu cabeza ahora?

-¡pero en específico pregunto! Por los golpes de Marte. Ellos de por si son grandes

-pues mi querido ojón verde, me han dicho que es en el intermedio de donde parquean las motos y los autos, en frente de los camiones de envío. Pues como por ahí no nos da para entrar