Capítulo 20

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Había estado a punto de romper con ella. Alice contuvo las lágrimas mientras se vestía. Sí, podía amarla, como había dicho en un momento de pasión. Probablemente, se lo habría dicho a otras muchas mujeres mientras le daban placer sexual, pero sin deseos de casarse con ninguna de ellas. Ella era sólo otra de sus conquistas. Sólo había una cosa que Jess podría decir para aplacar a sus hermanos, y era que estaban comprometidos, pero no iba a hacerlo. Metiendo el traje de harén en un cajón, se pasó un cepillo por el pelo y salió descalza al pasillo.

Axel sonaba furioso.

—¿O sea que me estás diciendo tan tranquilo que te aprovechaste de la inocencia de nuestra hermana?

En absoluto, pensó Alice preguntándose qué habría dicho Jess.

—Eso es exactamente lo que estoy diciendo —dijo Jess con tono más bajo y controlado—. Y si no lo hubiera hecho yo, lo habría hecho cualquier bastardo de Nueva York. No podía ser virgen para siempre, la convencí de que debía prepararse antes de salir para la gran ciudad.

—¡¿Que la convenciste?! —gritó Craig— ¡La sedujiste, querrás decir! Esa pobre chica no tenía una sola oportunidad.

Alice entró apresurada en la habitación.

—Sí que tenía una oportunidad. Yo... Alice. —Jess se dio la vuelta hacia ella—. No puedes asumir la responsabilidad de esto. Yo me aproveché de tu falta de experiencia. Tan simple como eso.

—¡Claro que no! —Comprendió que estaba intentando protegerla, pero no podía dejar que lo hiciera. Si quería una oportunidad de salvar la relación con sus hermanos, la verdad tenía que salir a la luz—. No sé lo que les contaste, pero todo este proyecto de verano fue idea mía. Decidí en Junio que quería perder la virginidad antes de irme a Nueva York.

Axel y Craig la miraron anonadados.

—¿Pro... proyecto de verano?

Jess lanzó un bufido.

—No la escuchen, ya conocen a Alice. Siempre se inventa las historias más increíbles para protegerme. Lo está haciendo de nuevo.

—¡No lo estoy haciendo! Yo hice mi plan y le pedí a Jess que me buscara a alguien para llevarlo a cabo y se ofreció él mismo.

—¡Ya me lo imagino! —Axel avanzó hacia Jess— ¿Y cómo se le ocurrió esa idea para empezar? A Alice nunca le han preocupado cosas como ésa, así que, ¿quién le metió esa idea en la cabeza, Santana?

—¡Llevo pensando en cosas como ésa desde que tenía catorce años, Axel! ¡Y no fue idea de Jess, fue mía!

—Puede que te haya hecho creer que la idea fue tuya —dijo Craig uniéndose a su hermano con los puños apretados—. Siempre hemos sabido lo mujeriego que es. Simplemente no pensábamos que iría a nuestras espaldas a seducir a nuestra hermana pequeña, ¿verdad, Axel?

—Exacto. Supongo que tendremos que salir fuera y arreglar esto, Jess.

—iDe ninguna manera! —dijo Alice apoyando cada una de sus manos en el voluminoso pecho de sus hermanos.

—Puedo cuidar de mí mismo, Alice —dijo Jess encogiéndose de hombros—. No tienes que protegerme de tus hermanos.

—De todas formas, ella no puede detenernos —dijo Craig empujando a Alice con suavidad.

—¡Claro que puedo! —Alice se metió entre los hombres de nuevo—. Si le tocan un solo pelo de la cabeza, le contaré a mamá y papá la vez que te fuiste a la playa, te emborrachaste de tequila y pasaste la noche con la policía.

Noches sin Fin|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora