Capítulo 6 "Tres días"

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Percibo un peligro inminente. —Se escuchó dentro de mi cabeza.

Era la voz de Jullient que me estaba recordando que había fallado en colocar el dispositivo de hackeo en la nave.

Medio confundido me levanté y atiné a agarrar mi bastón, pero una sombra enorme apareció detrás de mí. Antes de que ese monstruo verdoso me asesinara George logró cortar su garganta. Quedé empapado en sangre ykgietz pero era lo de menos justo ahora.

Orthi por el otro lado estaba combatiendo a cuerpo a un soldado ykgietz, no pude ver bien cómo había terminado el combate porque estaba bastante aturdido.

Y de repente escucho otra vez.

¡Arth, sal de ahí! —George me advertía y ahí pude visualizar.

Estaba arriba de una bomba. Pero lo que no sabían mis compañeros era que estaba pisando el interruptor de ésta.

Quieto como una estatua me dediqué a hacer de torreta, la verdad era bastante absurdo. Trataba de disparar los rayos suficientes sin herir a mis compañeros.

Y apareció Orthi para jalarme del brazo y sacarme de ahí. Pero yo le dije:

—¡NO! YO SOY EL INTERRUPTOR.

Orthi un poco sollozante me dijo:

—¿¡Cómo!?

—¡Tranquilo! Trae algo pesado para que pueda salir.

—Ya mismo —dijo apurado.

—¡Jullient! ¡Trae algo pesado de la nave! —escuché que gritó Orthi mientras buscaba una salida.

—¿De cuántos kilogramos? —preguntó.

—¿¡EN SERIO?! Tráeme algo del peso de Arth.

—¿Sabes que no entro por la puerta de ese hangar no?

—¡JULLIENT! —Gritaron George y Orthi.

Jullient era muy inteligente, pero había que ser muy conciso con lo que se le pedía. Él básicamente estaba aprendiendo lo que eran las expresiones como gritos. Hasta el momento su raza se comunicaba a través de ondas cerebrales. Las cuales, funcionan más rápido que una comunicación verbal.

Recordé haber visto un misil de artillería pequeño detrás de la nave. Yo tomé el mando.

—Jullient, atrás de la nave hay un misil de artillería, pesa unos cincuenta kilogramos, lo suficiente como para hacer de presión sobre el interruptor, no hace falta que vengas solo deja que Orthi lo traiga.

—Enseguida teniente —respondió Jullient.

—¿Cómo salgo de aquí? —Maldecía Orthi.

—Toma la escalera de la izquierda, es el lugar hacia la salida —nos comunicó Jullient

Orthi corrió como el viento y llegó afuera.

A través del comunicador de Jullient pude escuchar a Orthi.

—¿Qué estás haciendo Jullient? ¡¿Por qué hay un agujero en la nave?!

—Un ykgietz me descubrió, tuve que acabar con él pero la nave se llevó la peor parte. Ahí están los misiles.

Escuchaba a Orthi quejoso a lo lejos. El misil debía entrar en el hangar y luego bajar una escalera.

A George y a mí se nos dificultaba siendo solo dos contra todos los demás ykgietz, pero George era un arma viviente.

De repente escucho que cae un misil por la escalera, de milagro no explotó.

Orthi hizo rodar el misil hasta la placa a presión en donde estaba. George estaba lidiando con la mayoría de ykgietz y Jullient reparaba la nave mientras trataba de encontrar comunicación con la nave nodriza para pedir un rescate.

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