I SCREW IT (Lo Arruine)

Parte 3

Maggie.

Mi padre llegó cuando recien termine de cambiarme, lo abrace fuerte en cuanto lo vi entrar por la puerta.

–Hola cariño ¿Cómo te encuentras hoy?

–Me siento de maravilla, pero ya deseo estar en casa, quiero abrazar a mi pequeña y... ¿Matt dónde está?¿Por que no pasa? –pregunté sin dejar de ver la puerta esperando que él apareciera.

–Nada más yo he venido a recogerte.

Una extraña sensación me recorrió por el cuerpo, como si hayan pinchazo mi corazón, la desilusión estaba abrazándome. Toda la noche esperé con ansia que llegara la hora de que Matt traspasara esa puerta para llevarme a casa. Quizá estaba pidiendo más atención del que merecía.

A paso lento, pero seguro entre al consultorio del doctor trevor, ya me estaba esperando para la consulta. Mi padre decidió esperarme en la sala de espera.

...

–Toma asiento por favor ¿Cómo te has sentido? –Me preguntó el doctor

–Debo decir que desde ayer tengo muchísima energía, me siento como si haya bebido una docena de energizantes, es raro.

–Entiendo –dijo riendo un poco –A lo que estuve revisando tus últimos estudios que se te hicieron, indica que estas fuera de riesgo, más no se puede decir que estás cien por ciento recuperada, el coma deja secuelas, y no te mentiré puede que llegues a recaer. Por lo pronto te pido que si por un momento te llegas a sentir mal, notas algo raro no dudes en venir o llamarme de inmediato ¿De acuerdo?.

–Claro que sí –dije completamente decidida.

–¡Perfecto! Algunas recomendaciones que te daré serian que no te estreses tanto, come lo más saludable posible, podrás mantener una rutina de ejercicio si así lo deseas, pero recuerda que no debe ser tan extenuante, es sólo para mantenerte en condición física. Te hare una cita dentro de dos semanas para hacerte revisión. Después haremos citas para dentro de meses posteriores.

–Me parece bien.

–Excelente, nada más firma y ya podrás ir a casa.

–Gracias Trevor en verdad, mira que estar al pendiente todo este tiempo no cualquier doctor lo haría. Créeme que serás mi doctor de cabecera siempre.

–No me agradezcas, y ya sabes cualquier cosa aquí estoy.

....

Salí del consultorio, mi padre me recibió con otro abrazo y me llevo de la mano como niña pequeña hasta el estacionamiento del hospital. 

En un abrir y cerrar de ojos ya nos encontrábamos aparcando el coche en la acera del jardín delantero de mi casa, comencé a sentir el sudor en mis manos, mi corazón se estaba acelerando.

Mi padre se empezó a preocupar por mi al ver que permanecía inmóvil. Le dije que solo tenia un poco de nervios, el me acompaño paciente hasta que abrí la puerta del carro y nos dirigimos a la entrada, levanté mi mano para tocar, pero mi padre me detuvo.

–Cariño, no necesitas tocar esta es tu casa. –Yo asentí. Por un momento lo olvide. 

–Tocar mi propio timbre –Mi padre y yo soltamos una carcajada lo cual me ayudo a sentirme mejor y con menos nervios.

La puerta se abrió de pronto, mi madre salió a recibirnos. La abrace cuando estuvo frente a mí.

–Mi cielo, estoy tan feliz de verte ya recuperada.