C A P I T U L O. O5

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Las platicas triviales entre mejores amigos era algo común, para prácticamente todo el mundo, pero entre JiMin y TaeHyung era la gran excepción, a diferencia de la gran mayoría del colegio no se la pasaban hablando de cosas como si el almuerzo de la cafetería esta más bueno o más repugnante que el día anterior, o si sus cabellos se encontraban peinados de lados diferentes, ni mucho menos tocaban el tema de si el aguacate era un fruta o una verdura.

Y para desgracia de JiMin, hubiera preferido hablar de eso con el peliazul, a tener que escucharlo toda la media, hablando del chico perfecto y buen besador de cabellos rojos. Le resultaba un poco sofocante y empalagoso, y no sólo por sus ganas de vivir algo similar, sino que también porque deseaba tanto que su mejor amigo no saliera mal de esto, no es que quisiera juzgar al pelirrojo, pero, era justo lo que estaba haciendo.

ㅡ¿Estas un poco clavado, no crees? ㅡpronuncio de repente con el ceño fruncido soltando un suspiro cansino por no tener otro tema de conversación.

Y lo más mierda de todo era que en la cabeza de JiMin, sólo se reproducía una y otra vez la imagen de la figura negra. No lograba entender porque no podía simplemente hacerlo de su mente, recordaba incluso si aroma tan varonil.

Idiota.

ㅡ¿Eh? Claro que no, ya te lo dije, Minnie, él no es de relaciones serias y yo tampoco. Sólo nos divertimos un rato. ㅡrespondió el castaño con un deje de decepción en su voz, encogiéndose a la vez de hombros con tristeza.

Ambos se encontraban caminando en el patio principal del gigantesco colegio, paseando por el lugar sin más que hacer en su preciada hora de receso, JiMin al notar su reacción le rodeo con un brazo de los hombros y suspiro dejando un beso en la suave y reluciente cabellera del menor. Poniéndose de puntillas, por supuesto, o de lo contrario, llegaría a besar su mejilla solamente.

Saldría herido de nuevo y JiMin, nuevamente, no podría hacer nada para evitarlo. Porque TaeHyung siempre le decía que estaba bien, que en la vida a veces tenías que salir lastimado para aprender.

Pero por Dios, a él le pasaba lo mismo cada seis meses y seguía sin aprender una mierda. Sin lugar a dudas, esa era una práctica que JiMin no quería emplear en sí mismo.

ㅡHey... esta bien, era una broma. ㅡmusitó con cariño, intentando remediar la metida de pata que cometió.ㅡ Mejor dime, ¿ya pensaste que te pondrás está noche? Yo no aún no lo sé. ㅡse quejó haciendo un adorable puchero que hizo reír al más alto.ㅡ Ya sabes cuán exigente soy con los outfits.

ㅡYo te ayudaré. ㅡ aseguró sonriendo.ㅡ De hecho, tenía pensando invitarte a mi departamento para que te vistieras ahí como mejor te plazca, tienes que dejar a todos con la boca abierta, ser el centro de atención.

ㅡComo siempre. ㅡasintió bromeando pero TaeHyung sonrió convencido de que así era.

JiMin era jodidamente guapo, tenía un cuerpo de infarto a pesar de ser chico, ya que sus curvas siempre salían a la luz haciéndole ver irresistible.

ㅡComo siempre. Y si te vistes en tu casa, tu madre te hará salir como sacerdote. Así que te vienes a mi departamento.

JiMin sonrió con suavidad y asintió, no cabía duda que los mejores momentos de su vida los había y seguía  compartiendo al lado del chico de sonrisa peculiar y un rostro que parecía tallado por los mismos Dioses.

• • •

ㅡYa te lo dije, Jin, no es tu jodido asunto. ¿No quedamos en qué no te meterías en mis cosas?

JungKook llevaba más de media hora soportando las quejas y preocupaciones de su mayor mientras este le limpiaba las heridas superficiales que tenia en el rostro. Esto no era nada nuevo para JungKook, pero para Jin era como ver al mismo Jesús de Nazaret apunto de ser crucificado.

Perdido en tu mirada. [KookMin Fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora