Todo y nada

3. Sasuke

"¿Qué sucede, Naruto?" Dejé el libro en el suelo y dirigí mi atención al rubio que descansaba a mi lado. Había permanecido extrañamente callado, echado boca abajo, mirando la pared frente a él.

"Pienso." Esa respuesta tan ambigua, me exasperó, por lo que incline la espalda, para tener más acceso a su rostro. Esa expresión culpable y cansada, se había vuelto habitual en él, al igual que una actitud pasiva, lo que me resultaba ligeramente estimulante. Deslicé mis dedos entre su pelo, y un aroma dulzón se disipó entre los dos. Ya lo había olido hace unos minutos, pero preferí ignorarlo, pues me quedaba poco por llegar al clímax.

Los años habían caído sobre su sonrisa, que cada vez parecía brillar menos. Intento ayudarle, para que vuelva a ser el mismo de antes, pero el peso sobre sus hombros no se lo permite. Cada vez que veo a su hijo, lo veo a él y la nostalgia me revuelve el estómago. No tenía sentido pensar en él 'hubiese', pero, esa expresión, era por mi culpa.

Llevé mi mano a la parte posterior de su cuello, y le indiqué que se levantase. Con las manos apoyadas en el futón, situó su rostro delante del mío y me dedicó una mirada vacía. No quería perder esos ojos azules que me persiguieron con desesperación durante años. No podía perderlos. Por que entre más nos alejamos, más me aferro a su hijo.

Ese niño deseaba reconocimiento, y sobre todo, afecto, pero a pesar de ello, su mirada era decidida y ardiente por vivir. Lo que me golpeaba directamente en el corazón y me transportaba a una época donde todo pudo haber sido mucho más sencillo.

Me sorprendí al confundir ambos rostros durante fantasias prohibidas. Algo estaba naciendo dentro de mí, o tal vez, ese algo intentaba terminar lo que nunca me permití comenzar. En momentos como ese, temblaba aterrorizado por lo que mente me inducía a cometer y quería desaparecer. O al menos, refugiarme en mi rubio compañero con desesperación.

Besé los labios del rubio con suavidad y lo abracé. Le apreté contra mí, intoxicandome con ese molesto aroma, pero no me importó, pues mi compañero correspondió el gesto, rodeando mi espalda. Le permití ocultar su rostro en mi cuello y dar total libertad a su culpa, en silencio, mientras sus lágrimas morían en mi hombro. No fui capaz de decir nada, abrumado por la situación.

Yo también era un pecador, pero mi perversidad iba más allá de una relación extra-matrimonial.

Notas de la autora

Espero haber dejado claro la perspectiva de Sasuke sobre el pasado. Él quiere a su rubio, demasiado, y por eso lamenta lo infeliz que es este en el presente. Y se culpa, pues cree que ocasionó todo eso por haber dejado al zorrito cuando eran pequeños. Su tormento se centra en el pasado, en lo que hubiese sucedido con Naruto si no se hubiese ido. Y ¡Wow! Adivinen con quién parece querer experimentar ese hubiese. ¿Por qué? Sencillo: expiación. (Lo cual es contradictorio... pues es un niño...)

Pd: perdón por el capítulo tan corto, pero ello me permite ir directamente a la exposición del conflicto.

Besitos~