Él solo quiere hacerte daño

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PASADO– MIÉRCOLES –TERCER DÍA DEL CAMBIO (IZUKU)


Si le pidieran a ese chico de cabello verdoso y pecas en sus pómulos que quitara su rostro de felicidad, sería completamente imposible. Sus labios formaban una sonrisa de lado a lado con cada minuto que pasaba y eso no se lo podía quitar nadie.

¿Razón?...

Sus amigos claramente le dirían que estaba exagerando, pero para él, lo que había pasado desde la puerta de su habitación hasta la entrada del aula de clases era lo mejor que le había pasado en años, y es que ver a Katsuki cereño caminado cerca de él no eran cosas de todo los días.

Cuando había salido de su cuarto y se tropezó de una manera estrepitosa con aquel cenizo lo primero que pensó fue que su sentencia ya estaba en una lápida que decía; "falleció por tropezar con la persona menos indicada", así que esperó la posible explosión que iría directo a su cara, pero esta nunca llegó y el pecoso prosiguió a abrir nuevamente los ojos que sin darse cuenta había cerrado.

Katsuki lo estaba observando en ese momento con una expresión completamente neutral hasta que prosiguió a volver a su haldar, siendo esta la oportunidad del pecoso para sacar el aire que llevaba conteniendo en sus pulmones. 

"Qué extraño" pensó Izuku aún parado en la puerta mientras al mismo tiempo agradeció haber sobrevivido a una fuerte explosión desde temprano.

 Hasta allí todo marchó bien mientras veía a Katsuki retirarse, pero los pasos de este se detuvieron de repente –¡No piensas venir Deku! –fue lo que dijo en un tono demandante, haciendo estremecer a Izuku quien se confundía más, pero aún así obedeció rápidamente.

El silencio entre ellos dos se hizo muy notorio para formarse en un ambiente un poco incomodo, y como no, ambos sabían que su relación de amigos de la infancia estaba más que fragmentada en pequeños pedazos, pero Izuku parecía conforme con aquel simple detalle de estar caminando a su lado, siendo esto algo que en mucho tiempo no había pasado. Los labios del pecoso intentaron pronunciar algo, pero no sabía si el contrario se molestaría por aquello, así que prefirió no decir nada por el momento mientras intentaba descifrar qué era lo que el cenizo quería.

–¿Qué hiciste con la bola de pelos? –pregunto la persona que era dueña de los pensamientos de Izuku, refiriéndose al cachorro.

–Está bien, ayer lo lleve a casa y mi madre quedó fascinada con lo obediente que es –respondió inmediatamente con una sonrisa –¿por qué me lo diste a mi?

–Era un estorbo y los estorbos tienen que estar juntos –musitó para luego hacer un quejido de dolor en su cabeza que Izuku no pudo entender.

–¿Ocurre algo? –preguntó el de pecas con una mirada curiosa mirando al cenizo atentamente.

–Eso no te incumbe.

–Hola bro ¿Que haces? –Saludó Kirishima quien estaba en una esquina de los pasillos –¿Ya has hecho esa cosa importan... ah hola ¿Midoriya? –esta vez paró su pregunta al notar la presencia de el chico quien estaba detrás de Katsuki, respondiendo el saludo con un movimiento de manos.

Por un minuto algo en la mente de Kirishima hizo clic mientras que daba paso a una mirada de confusión al ver que ellos estaban completamente solos, sin explosiones o miradas de terror departe de el de ojos esmeraldas.

Cambiando el futuro (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora