Capítulo 4

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El peliazul niega repetidas veces, frunciendo el entrecejo irritado por la persistencia del menor con el tema, incluso arrepintiéndose de haber mencionado en algún momento lo que pasaba en esa aula, si hubiera mantenido las cosas como estaban muy probablemente no tendría al pelinegro encima todo el rato con teorías conspirativas sobre los "supuestos" acontecimientos la semana pasada por la noche. Mira la expresión pensativa de Itachi, realmente parecía convencido de que aquellos alumnos podrían ser seres mitológicos, incluso ese día llevo dos enormes libros de pasta dura algo viejos que postró en el escritorio de esté apenas cruzo la puerta de entrada, sin dejar de parlotear que tenía pruebas suficientes para determinar que el comportamiento de aquellos sujetos estaba ligados a algún chupasangre. 

Suelta un bufido cansino, tocándose la cabeza con exasperación

- ¿Enserio crees que todo esto sea real? digo esos libros no dejan de poner una hipótesis, o sea algo que no está netamente comprobado, igual y todo esto se resume a una simple leyenda y ya- 

Itachi le mira ahora enfadado, no le gustaba para nada que dudaran de su investigación, más porque estaba del todo seguro que aquel chico que lo rescató el día del incidente era uno de los sospechosos, es decir, las caracteristicas eran exactas, ojos rojos, piel pálida y fría. Era tan extraño. 

Pero inconscientemente llegaba la duda del millón a su cabeza: ¿Como pudo determinar que era un alfa? entre su investigación estaba claro que al ser muertos vivientes estos perdían todo olor o rasgo que los diferenciara una especie de otra, era como si su parte omega u alfa quedará en el mundo de los vivos y dejará de formar parte de ellos. Pero entonces ¿cómo pudo saber que se trataba de un alfa? no recordaba haber olfateado el aroma que lo caracteriza, ni tampoco un distintivo en su lenguaje corporal, si bien imponía un aire aterrador que asustaría al más valiente de los hombres, y ni hablar de su voz tan grave y profunda que lo hipnotizaron apenas escucharlo decir una sola sílaba. 

Niega varias veces, disolviendo aquellos recuerdos de ese alfa, si bien se había convertido en una costumbre pensar en él sin reparo del tiempo, no podía evitar preguntarse cómo es que ese día que fue con Kisame a la escuela por la noche llegó a escuchar su voz muy lejanamente, despidiéndose pero de una manera sutil, casi como si le estuviera avisando de su próximo encuentro. Aquello tenía a Itachi mordiendose de las uñas, ansioso por ver una vez más ese rostro inexpresivo que logró sacarle más de un suspiro todos los días. 

- Kisame tu los viste, no me digas que esto solo fue producto de nuestra imaginación porque sabes que no fue así, tú estuviste conmigo todo el rato, viste como esos sujetos nos llamaron "presa" - hace énfasis en eso último, ganándose una expresión alarmada del otro - 

- Baja la voz, pueden oirnos - señaló a los demás alumnos que parecieron callar unos segundos mientras volteaban a verlos de reojo, para segundos después regresar a su charla - 

Itachi aprieta los labios para evitar maldecir en voz alta, pensando toda clase de insultos para su "amigo". 

- Sino quieres ayudarme será mejor que te cambies de lugar, no vaya a pegarte "mi locura" - finaliza volviéndose a sus libros, arrebatándole el que le tendió con evidente molestia - 

Kisame solo le observa unos segundos en silencio antes de revolotear los ojos y soltar un suspiro resignado 

- Ita ya lo siento ¿sí? es solo que todo esto suena muy extraño - intenta arreglar las cosas pero el otro le ignora completamente, concentrado en su lectura y sin ánimo alguno de discutir con el otro - Hey ya, de acuerdo te ayudaré - 

- No, gracias - respondió cortante sin despegar la vista del libro - 

Esté aprieta los labios apenado, no debió haber sido tan brusco con el pelilargo, no era su intención hacerle creer que pensaba que era un demente, por supuesto que él tampoco descartó la idea de un posible vampiro implicado en la clase nocturna pero no había querido comentarlo para no alimentar más la ansiedad de su amigo por saber de ellos, no sabían a que se enfrentaban y si continuaban investigando más de la cuenta puede que esto alertará a aquellos y los pondría en peligro a ambos. 

Profundo carmesí (ShiIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora